
Desde luego, a estas alturas de la vida se hace innegable la de vueltas que ésta puede dar. Las cosas que te ofrece, lo que en cierto modo siempre estuvo ahí, la oportunidad de hacerlo tuyo. Parece, incluso, como si todo estuviera premeditado. ¿Un destino? No creo en él.
Pero a veces es bonito hacerlo, es bonito pensar que de algún modo todo está conectado y que todo sucede por una razón.
Hoy solo sé mostrar palabras de gratitud.
Y sonrisas, un deseo, constancia, fuerza, amor. No puedo parar de sonreír.
No puedo dejar de ser feliz.
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