Dame un bolígrafo y un papel y te enseñaré a soñar. Antes de que aprendas a soñar debes cerrar los ojos y imaginar un mundo nuevo, solo para ti y para mi..

martes, 30 de agosto de 2011

Abzurdah.


Ajústense los cinturones y por favor permanezcan sentados. Voy en un vuelo propenso a estrellarse y, sin embargo, sigo volando.

Intento de fuga.


Sentirse como una mota de polvo, un punto mal puesto, un suspiro exhausto, como que estás perdida en el tiempo, sin poder avanzar, sin poder cambiar. Todo lo que te rodea te parece pobre e innecesario, querer vivir y cambiar, desear volar y viajar. Volver a reir y a llorar, volver a ser tu y no esto que te hace sentir mal. Miedo a ese algo que te impide soñar. Ser indiferente. Sentir miedo. Perder las ganas de luchar. Desear cambiar. Sentirse como un intento fallido, un error del que no puedes escapar.


Se cansó de caminar sobre los charcos, de sentir el suelo bajo sus zapatos mojados. Cada paso que daba mojaba aún más sus pies. Comenzó a correr, con desesperación, como si le fuera la vida en ello; comenzó a sentir cómo el viento luchaba en contra de su carrera y llevaba hacia atrás sus lágrimas que, desafiando las leyes de la gravedad, no llegaban a tocas sus mejillas.

Entró en el edificio y comenzó a subir, peldaño a peldaño, sin disminuir la velocidad, su corazón estaba acelerado, su pulso, roto. Pero siguió subiendo. Cuando dejó el último piso atrás, se encontró frente a una puerta y la abrió, entonces exhaló con fuerza, como si de su último suspiro se tratara, quiso sentir el aire frío entrando en sus pulmones. Miró a su alrededor, todo estaba desierto. El mundo bajo sus pies… El cielo sobre su cabeza... Volvió a sentirse minúscula pero esta vez no le importó, ese era su objetivo, ahora quería esconderse, desaparecer aunque fuera sólo un momento pero lo que más le dolía era no poder huir de sí misma, “Bueno, no se puede tener todo”, pensó con amargura. Avanzó y se sentó en el bordillo, se quitó los zapatos y los lanzó al vacío, observando cómo caían, cerró los ojos y aspiró fuerte, muy fuerte, hasta que le dolió. Sintió el aire frío de esas alturas acariciando su rostro. Sólo quiso que la ataran a un sentimiento.

Miró al cielo del que colgaban miles de estrellas y levantó su mano, cerrando un ojo, con su pulgar y tapó la luna. Se rio de su tontería y también cayó en la cuenta de que lo hacía por primera vez en días, lo de sonreír, porque las tonterías eran su mejor oficio y sabía que podía tenerlo todo abriendo su ojo y dejando el pulgar y su mano al calor del bolsillo.

Bajó de su improvisado asiento y agradeció estar en su edificio, después de todo, no debía ser agradable pisar mojado con los pies descalzos. Caminó los metros que la separaban de su hogar con un paso lento, relajado; miró a la luna y decidió guardar su miedo y los charcos de su alma, junto a su pulgar, en un bolsillo “Bueno…- pensó-… quizá puedo tener más de lo que pensaba."

Vivir para vivir siempre.


"Todos necesitamos tener una razón de nuestra vida, un significado para nuestra existencia,y dado que pocos somos teólogos o filósofos, la salida está en sentirnos indispensables para alguien."


¿Acaso somos incapaces de mirar hacia adelante?, ¿tanto miedo tenemos, tan frágiles nos creemos? Aquí de lo que se trata es de aprender de los errores, de reír, de hacer el bobo y de perseguir un sueño... que lo consigamos o no, bueno, no siempre todo sale bien y menos a la primera, (y quien dice primera, dice segunda, tercera, cuarta o quinta). Ya saldrá, pero no perdamos los papeles, que no cunda el pánico. ¿Por qué demonios no iba yo a querer volver a enamorarme? Claro que sí, en el fondo siempre es distinto y permítanme recordarles que no hay nada tan grandioso como el amor, con lo increíble que es, con lo fantástica, loca, sorprendente, enigmática y sublime que es la sensación de sentirse dentro de un trocito de corazón. Que no me cuenten historias, ya llegará. Yo creo en él y también creo que en algún momento me embriagará. ¿De quién, cómo, cuándo, dónde? Me da igual. Me da todo absolutamente igual, con tal de que sea de verdad, ni un capricho ni una conformidad, ni tan siquiera un objetivo. Yo lo que anhelo es la sinceridad, la bruto, lo puro, lo verdadero... alejado de mierdas pasadas, de historias de contemplación, de errores no superados y sobre todo del temor. Con eso ya me basto y me sobro. Ahora piénsalo tú, que yo ya no quiero pensar más.

viernes, 26 de agosto de 2011


Querer aprender de los errores del pasado tiene sentido. Pero, ¿cómo se hace realmente? Date cuenta de que en realidad no fue un error, sino un resultado. Cierta combinación de acciones que llevaste a cabo, generaron con éxito cierto resultado, no deseado tal como ocurrió. Así que en realidad, tuviste éxito. Fuiste efectivo. Conseguiste algo. Lo que debes hacer ahora, es conseguir algo diferente. Ya has probado que eres efectivo en lo que a obtener resultados se refiere. Ahora sólo se trata de obtener el resultado específico que estás buscando.
Tus actos presentes no dependen de tus actos pasados. No hay absolutamente ninguna conexión. Tus actos pueden ser cualquier cosa que tu desees que sean. Puedes cambiar, puedes ajustar, basado en tu experiencia. No cometas el error de pensar "La próxima vez lo voy a hacer mejor". Después de todo, en realidad tú no quieres hacerlo mejor. Quieres hacerlo diferente. Determina qué fue lo que te llevó al resultado no deseado, y modifícalo. Ya has visto que en realidad eres muy efectivo en hacer que las cosas pasen. Usa esa efectividad en tu beneficio. Úsala para obtener los resultados que deseas.

Recuerdo el viajar de tus manos tan suaves tocándome y la sensación todavía es real, por más que lo intento no puedo borrar. Tu boca y la mía eran pura energía enlazándose y no sé como algo tan grande se pudo acabar…
No sabes cuántas veces me he sentado en esta cama llorándote. No sabes cómo vivo sufriendo por tu olvido, aquí desesperada por tenerte al lado mío. Y no sabes cuantas noches te he buscado en esta cama pensándote, siempre abrazando nuestras fotos, juntando sueños rotos…
A veces regreso al pasado y me veo amándote, y siempre mirabas así tan sensual, llenabas mi alma de felicidad. No entiendo por qué nuestro amor se murió en un instante, yo te invito a apartar este orgullo y volver a empezar…
¿Ahora qué importa de quién fue el error? Me falta en la vida tener tu calor. Me niego a seguir aguantando estas ganas por ti

De repente veía a todas esas parejas, agarradas de la mano, ¿sabes? A todas esas personas que se querían, con sus problemas y sus discusiones diarias, se querían. Y no podía soportarlo. No podía aguantar sus risas, cómo se miraban, cómo se hablaban en un lenguaje típico de enamorados, cómo se tocaban mientras gritaban al mundo que se lo perdonarían todo. Y pensar que tú nisiquira quisiste intentarlo, me comía por dentro.
Me horroriza verlos. Aún hoy me horroriza salir a la calle y vernos, vernos a ti y a mí, en los ojos de otros que no somos nosotros. Tengo miedo de pasear un día cualquiera, perder la cabeza y gritarles a todos esos cabrones que dejen de quererse, que el amor no es para siempre, que me duelen sus historias, que paren. Tengo miedo de perder la cabeza. Tengo muchísimo miedo. Noto que suben las palabras a mi garganta, que todo lo que quise y no pude decirte ahora quiero decírselo a ellos y tengo que apretar fuerte los dientes para no vomitarlo delante de otros y que piensen que estoy loca. Y que piensen que me he vuelto tarada desde que no estás conmigo…


Mediante corrientes eléctricas, señales corporales que te incitan a querer tocar, rozar, besar. Es lógico que te sientas atado sentimentalmente a esa persona en un sentido posesivo, pero en realidad es como cuando ves unos zapatos que te gustan y al cabo de un tiempo los ves en los pies de otra persona y sientes rabia porque tú los querías para ti; eso son los rasgos característicos del egoísmo de la existencia humana, NO DEL AMOR.
Ni si quiera yo puedo decir qué es el amor, pero sé que tengo clara la diferencia. Aunque conozca personas que no la tienen.


A veces suceden cosas en la vida, cosas inesperadas, bonitas pero temibles por lo buenas que pueden ser. Sientes miedo, miedo a equivocarte,a tomar la decisión incorrecta, a enamorarte demasiado del momento que estas viviendo.
Pero no temas, no pares, no te rindas, porque la vida esta para vivirla cada momento, así que disfruta del presente y no le temas al futuro. Un futuro que debe de estar cargado de experiencias, y no importa si el resultado es bueno o malo, sino lo que aprendes de ellas cuando acaban, los recuerdos que te dejan y los buenos momentos que has pasado viviéndolas, momentos felices, con risas, muchas risas… Y eso es lo verdaderamente importante, ya que no hay día más perdido que aquél en el que no hemos reído. Recuerda que es de héroes sonreír cuando el corazón llora. Y lo que debes saber es que si luchas puedes perder, pero si no luchas ya estas perdido...


Me hubiese encantado escucharte decir que me habías extrañado, que en mis tiempos de ausencia te volvías loco intentando no olvidarte de mis palabras e inventándote respuestas como las que yo te daba…
Eres la combinación perfecta entre lo que quiero y necesiyo, entre lo que no tengo y de lo que dependo. Eres todo aquello que no encuentro en nadie más y la verdad es que...te odio por eso, por ser único en mi vida.


Quiero ser en tu vida algo más que un instante, algo más que una sombra y algo más que un afán. Quiero ser en ti mismo una huella imborrable, un recuerdo constante y una sola verdad. Palpitar en tus rezos con temor de abandono. Ser en todo y por todo complemento de ti. Una sed infinita de caricias y besos, pero no una costumbre de estar cerca de mi. Quiero ser en tu vida una pena de ausencia, un dolor de distancia y una eterna amistad. Algo más que una imagen que venciendo caminos, llega, pasa y se va. Ser el llanto en tus ojos y en tus labios la risa, ser el fin y el principio, la tiniebla y la luz, la tierra y el cielo y la vida y la muerte. Ser lo mismo que en mi vida has venido a ser tú...

Me encantaría que me quisieras, porque sé que no lo haces.
Creo que si solo un poco me quisieras, sólo un poco, dejarías de hacer lo que haces. Tratarme como me tratas. Porque lo único que logras es alejarme de vos. A veces pienso que eso es lo que queres lograr, a eso queres llegar. A que no me importes. Y pensas que haciendo y diciendo las cosas que decís y haces las cosas van a cambiar. Pero no. Si yo te dejo de querer es porque yo lo elijo. Vos y tus malos tratos no van a lograr que yo te deje de querer.
Y llego a la conclusión que lo único que buscas es que me aleje de tu vida. Y creo que lo vas a lograr, pronto lo vas a lograr... Ya que no sirve de nada querer a alguien que ni siquiera siente algún mínimo cariño por vos.

Sabes, a veces pienso que fuiste lo que yo quería que fueras.
Tuve un amor, no conseguía la forma de olvidarle, intenté miles de veces pero no lo lograba. Y un día, apareces tú. Me das vuelta el mundo con tu sonrisa y me vuelves adicta a el. ¿Qué iba a hacer, si gracias a ti me olvidé de mirar atrás? Si, lo logré, pero algo peor pasó. ME ENAMORÉ. Me enamoré perdidamente de ti, y de cada parte que te conforma. De como eres, de lo que haces y dejas de hacer. Pero, creo que al final, fue peor. Porque yo me enamoré de ti, pero tu no de mí.
¿Cómo darle amor a alguien que no lo quiere?¿Cómo explicarle a quién no quiere entender?¿Cómo besarte con mi amor, sabiendo que tu no me besas igual?
¡Me niego a dejarte de amar, me niego a perder la esperanza, me niego a DEJARTE IR!

No tengo la verdad absoluta, no soy perfecta y conmigo las cosas no son fáciles. A partir de este punto, tú tienes la opción de pasar más que una noche conmigo. Lloverá, porque siempre llueve. Y habrá mañanas en las que no tendré paraguas.
Olvidé la precaución en mi otra vida. Discutiremos seis días de los siete que tiene la semana, vislumbraremos la cama ocho. Será, cuanto menos, divertido. Eso te lo aseguro. Te aseguro que será divertido.

Mira, si quieres déjame, pero no te eches más ese perfume a sueños rotos. ¿Cuándo vas a darte cuenta de que el pasado no es quien te besa la boca por la noche? Ya va siendo hora de sentar en el banquillo al maldito desengaño y que me digas lo que callas, eso que gritas en silencio. Los amores impares sólo llenan la casa de fantasmas, borrando el azúcar de los labios. Y a ti te la han colado.
¿Acaso existe edulcorante cuando viene la amargura, cuando la tristeza se empeña en salir en la foto, en aparecer donde no hay por qué? Todos te lo advierten y tú no te enteras, pero mordiste el anzuelo de los veranos perdidos y, andando con un pie en cada continente, aquel Junio se partió por la mitad. No sé qué hacer, si borrarme por dentro para volver a empezar otra vez, para mirarte como ayer. ¿No creerás que me rindo tan fácilmente, no?

lunes, 22 de agosto de 2011


Dicen que en boca cerrada no entran moscas, que tres son multitud y que donde caben dos caben tres. Que iban dos y se cayó el del medio, que todo lo que entra sale y todo lo compartido es más divertido. Se dice que hay tres tristes tigres comiendo trigo en un trigal, una aguja en un pajar y ciento volando; y como bien dijo Herodes oídos sordos. Dicen que había tres cerditos y tres casas y que soplando, soplando desnudaron a los tres mosqueteros y los convirtieron en geishas. Dicen, también, que dos son equilibrio y que con tres la balanza se balancea, aunque no hay mal que por bien no venga porque más vale prevenir que curar. Sin embargo que más da,si todo lo sube;baja, todo lo que empieza termina y todo lo olvidado,algún día se recordará

El camino de la vida, está lleno de obstaculos, piedras y trampas. Las cosas a veces se nos hacen cuesta arriba, casi imposibles de superar, sin embargo, siempre habrá una salida. Siempre habrá alguien esperandote, y tendrás una segunda oportunidad para volver a empezar con buen pie. Lo vemos todo negro, cuando en realidad es una tontería. Y es que al fin y al cabo, la vida es maravillosa, y nosotros nacimos para hacer historia en ella.

Ya sólo me interesa ser una mujer buena, las buenas personas, conocer el dolor de la gente y ver si puedo aliviar de algún modo ese fardo. Ya sólo me interesan los amigos que suman, los besos que restan penas, las caricias que se dan porque sí, los corazones envueltos para regalo, el amor sin facturas de mis padres y la bondad azul de mi hermano. Ya sólo me interesan las canciones que barren nubes, los poemas que transportan y los políticos que renuncian porque no les dejaban decir la verdad. Sí, sólo me interesan las sonrisas que provoca Messi, los que salen a vivir sin escudo, los que lo apuestan todo a la casilla de la ternura. Ya sólo me interesan los bares donde esperan los abrazos, el corazón blanco de los niños, las palabras sin doble fondo. Ya sólo me interesan las camisas que se abren para cerrar heridas, decirle a la hormiga que escuche a la cigarra y que los minutos de silencio sean porque estemos besando...

En mi opinión vamos al cine porque queremos ver cuentos de hadas: una reina durmiente que despierta con el beso de su gran amor, una princesa que deja a un lado sus joyas para abrirse un paso en el mundo, amantes separados que vuelven a reunirse… Pero la vida no es un cuento de hadas y los finales felices son escasos y cada mucho tiempo. En la vida, la joven reina se vuelve una tirana y lleva a sus súbditos a la guerra, por eso necesitamos las películas para recordarnos que a pesar de todo el amor todavía puede florecer hasta en los sitios más improbables, y que a veces hasta los cuentos de hadas se hacen realidad

Nada cierto, nada nuevo, nada más que lo que quieras escuchar en un pequeño instante, en un momento de debilidad. El mismo error constante, un paso adelante y dos atrás, la misma piedra en un camino del que no veo el final. Mientras seguimos como ayer, huyendo de una realidad a la que no le caigo bien, o es ella la que me cae mal. Riendo para olvidar, llorando por necesidad.
Tal vez, me sobra el dolor, me falta el valor para decirte adiós. Y sigo alzando la voz, cantando la misma canción que un día me hizo pensar que el amor era cosa de dos era cosa de dos. Nada es cierto, nada nuevo, nada más que lo que quieras ocultar, tras una mascara que no me deja ver lo que hay detrás. Lo que daría por entrar en tu cabeza una vez más para saber que nos pasó...

Y, sin embargo, resiste. Pasan las semanas y resiste. Y le parece imposible. Y cada noche le parece aún más dolorosa, como si aumentara el espacio y el tiempo que separan todo lo que tenía en esa partida repentina hacia un viaje imprevisto, quizá sin retorno.
¿Todo se ha acabado? ¿De verdad todo se ha acabado? No. No puede ser. Vivir con esa incertidumbre le hace aún más daño. Da la impresión de que quiere permanecer en la duda, no saber del todo lo que será de ellos, esa misma frase que se decían siempre alegremente, como si se tomasen el pelo: “Sólo viviendo lo sabremos”. ¿Y ahora? ¿Qué queda por descubrir ahora? Quizá la nada de su silencio. Frío, cínico, pérfido, malvado y divertido. Ah, es terrible. Sólo resta esa canción Orgoglio e dignità. Orgullo y dignidad. Hasta el infinito. Resistir. “Lejos del teléfono, de lo contrario… ya se sabe.

Ya no tengo ganas de nadie.


Ésta debe ser otra fase de lo de enamorarse. Ya he pasado la de cometer errores, la de intentar corregirlos, la de llorar, y ahora debo estar en la que asimilo todo y me canso. Me canso de ti y de todos. De ti, y de todos. No encuentro las ganas de dar explicaciones. Aunque tampoco quiero. Claro que querer... ya no sé lo que quiero. Ya no sé qué tipo de aire respiro. He perdido mis bragas favoritas, no recuerdo cuales eran. Y lo peor es que no tengo un plan. Yo siempre guardo ases debajo de la manga, por si algo se estropea tener un parche y arreglarlo. Habrá sido la lluvia o yo que sé, pero ya no me quedan parches. Ni parches, ni libido cuando me pienso contigo.

Ahora sólo me pregunto qué pasará luego. Qué número saldrá en el dado y cuándo saltaré a la otra fase. No es que me muera de ganas, a lo mejor la siguiente es peor. Pero mientras más avance, antes terminará todo esto. Es la única esperanza que me queda. Saber que no es para siempre. Que cuando llegue al último nivel y lo pase, si aguanto, la pantalla se apagará como en los juegos nuevos que anuncian por la caja tonta y podré tumbarme en el sofá sin derramar ni una maldita lágrima, sin sentir que me estoy pudriendo, sin tener que silenciar el teléfono ignorando a todos esos que llaman y no son tú. Y no son Tú.


Quizá diga la mayor insensatez del mundo, pero no hay peor cosa que dejar que una historia se evapore sin llegar a ser escrita. Y yo, abanderada de impulsos de corazón, estoy viviendo la mayor insensatez habida y por haber, sentada y sin mover ni uno solo de mis músculos. Me quité del medio, arañándome las entrañas y anulando el éxtasis que me provoca verte, y me quedé con esa extraña sensación de que todo había sido tan engañoso como irreal, y tu mano en mi nuca solo era un triste, resignado y obligado saludo. Frustrada me miro en el espejo y, aún creyéndomelo, repito en alto mi frase ”el amor es la única filosofía”. Y aquí estoy yo, Sin amor y con un débil presente, poniendo orden a mi gran caos particular y enumerando Todos los vacíos que quizá nunca se lleguen a llenar.

Es tan sencillo como parece, no hay trucos ni trampas cuando dobla la esquina. No es porque no le encuentre ningún defecto, aunque me haya esforzado al máximo en buscar algo que no lo haga parecer tan increible,inmejorable.Inalcanzable.Ni siquiera porque cuando estoy hecha polvo, se acerca y dice "¿A quién hay que pegar?". No tiene nada que ver con que me hace perder la razón o con que cuando lo veo por las mañanas, me saluda y me guiña un ojo y me dice "Guapa", ya, me ha alegrado toda la mañana, y la tarde, y todo el día. No es nada de eso, porque lo cierto es que me conformaría con mucho menos. No necesito nada más, porque cuando me sonríe, no hay nada malo. No existe nada, sólo esta su sonrisa y lo fácil que parece a veces ser feliz, lo poco que se necesita, lo bien que sienta. Y, joder, sí, en ese instante, ni tirarme al vació y sentir como la adrenalina me hace cosquillas en las venas superaría la sensación. Porque es cierto, me conformo con eso, cuando sonríe y el mundo parece menos malo.
¡Y que buen día hace y que fácil sonreír!¿Quién iba saber que era tan sencillo?.Pues lo era, se reducía a ti y a que me sonrieras todas las mañanas hasta que me volvieras loca,a que me jodieras los esquemas y me obligaras a improvisar cuando me cruzaba con tus pupilas en plena calle y conseguías que incluso a mí, se me olvidaran las palabras.Porque sí,porque eres tú cuando me sonríes,porque no necesito nada mejor.Por qué, joder, sé que no existe nada mejor.


Nos negamos a hacerle caso al corazón. Repetimos y contamos a amigos y familiares una y otra vez que si, que le hacemos caso, pero nunca es cierto. ¿Por qué? Yo que sé. Miedo al fracaso, miedo a intentarlo, miedo al futuro. En fin, ese tipo de cosas. Eso dice la gente, y supongo que en parte es cierto. Pero yo tengo otra teoría. Mi teoría es que nos han enseñado que hay que seguir a la razón, nos han metido en un corral, del que no podemos saltar la valla. Porque hemos aprendido a vivir pensando en las consecuencias. Y eso no es malo, gracias a eso, el mundo se mantiene en pie. Pero el corazón es libre. No está sometido a ninguna ley, ni norma, ni sugerencia. Actúa según lo que quiere. Es egoísta y a la vez altruista. Y por mucho que la reclamamos.. parece que nos da miedo la libertad, sinceramente.

LOVE.


Cierra los ojos e imagina que no estás triste.
Imagina que toda esta ansiedad no existe, que las lágrimas que bajan por tus mejillas no es más que lluvia y que la tristeza que invade hasta la sangre que corre por tus venas sólo es una pesadilla.
Recuerda esos días en los que las sonrisas inundaban tus días y tus ojos lloraban de felicidad y piensa que estás ahí, rodeado de la gente que más quieres, esa misma que en estos momentos añoras.
Recuerda los días en los que tú eras su vida y él era la tuya, en los que os ayudabais sin esperar nada a cambio, en los que vuestro amor era incondicional. Recuerda cada uno de los abrazos, cada uno de los besos y revívelos, como si estuvieran sucediendo en este mismo instante.

Sueña.


Sí, me encanta soñar, me encanta soñar, y también me encanta formar parte de ese mundo apartado de la realidad, me encanta sentirme libre, poder sonreír sin necesidad de que una lágrima me borre la sonrisa, poder volar sin alas, gritar que él es lo más importante, que nada me importa a mi alrededor, correr sin tropezar con una piedra en mi camino, poder hacer magia con un solo chasqueo de dedos, poder mirar a esa persona y decirle lo muy importante que es. Pero te levantas, y vuelves a la realidad, vuelves a sentirte apartada, vuelves a llorar a escondidas, vuelves a callar tus sentimientos, ya no sonríes, te limitas a callar verdades, no vuelas por el simple hecho de que te cortaron las alas, observas a esa persona, pero sin hacer nada. Entonces te das cuenta, que la realidad duele, que los sueños son solo sueños, que algún día cumpliremos, pero mientras tanto, SUEÑA.


Reclamar un par de alas y salir volando de aquí.


Porque hay días que no lo pretendes pero estás ahí, en el bar, con todo ese barullo en estéreo a tu alrededor y te sientes marciana, abstraída, completamente fuera de lugar. Te levantas y empiezas a caminar, tal vez pisas un charco y te pones perdida, tal vez vas a por el autobús y pasa de largo. Miras el cielo y es gris y los edificios parecen comerte, haciéndote sentir insignificante.
A mí me suele pasar en los días de verano, cuando sale el sol y todo el mundo luce una sonrisa. Cuando el viento quema y me engulle me entran ganas de salir corriendo. Me imagino en Berlín a diez grados, con la nieve hasta las rodillas y una cerveza fría en las manos. Porque en Berlín todos son así, así de cuento, con las mujeres de trenzas largas y los hombres con gorros de lana. Y allí no siempre están contentos y desde luego el calor nunca quema.
Pienso que en Berlín habría sido menos marciana. Que habría días de lluvia que me atormentarían y que se me comería el blanco inmaculado de la nieve, igual que aquí se me comen las pieles bronceadas. Pero apuesto que todos nos hemos sentido así alguna vez. Mi madre reconoce haberse sentido siempre más bien una mujer de Nepal y mi padre tiene un fuerte aire austriaco, con todo ese piano en las venas. Mi gato a veces también es un poco bohemio, tirando hacia la París de principios de siglo.
Muchas veces me paseo por el aeropuerto y pienso en subir a un avión, perderme entre los bosques de Dusserdolf y que no me encuentren. Luego pienso que aquí está el columpio donde me di primer beso, la noria donde descubrí que Papa Noel eran los padres y la cafetería vieja y desgastada donde un chico me compró una rosa. Y el pub donde me invitaron a una copa, el hotel donde perdí la virginidad, varios bancos del parque donde lloré el desamor. Y al final no me voy, le he cogido cariño a este antro, a este barullo y a este olor a tabaco rancio. Perdonadme por querer abandonar, pero seguramente hasta tú también lo has pensado alguna vez. Nos encerramos en un número concreto de kilómetros cuadrados y cuando lo cotidiano empieza ahogar, todos, tarde o temprano reclamamos nuestro par de alas para salir volando de aquí lo más lejos y rápido posible.

La vida es aquello que te va sucediendo mientras tú te empeñas en hacer otros planes.


Él llego sin guantes, por eso, el primer gesto que conoció fue el de frotarse las manos, llevárselas a la boca y exhalar profundamente. Nunca pensó que algo así podría sucederle a ella, que jamás olvidaría los guantes en un mes como ese en una ciudad como aquella.
Se sentó con las piernas muy juntas -eso le gustó bastante- y se pidió un café. Llevaba sombrero negro, gabardina negra, zapatos negros. Sin brillar, pero limpios. Era apuesto y común, era todo lo que ella esperaba que fuese.
Cuando el hombre bebió su café, se quedó un tiempo sentado sobre la silla mirando el reloj que colgaba de la pared de la izquierda. Al hacerlo, su cuello se tensaba y su posición le dejó ver cómo era su perfil. Tenía un perfil cuidado y absolutamente varonil. Parecía rudo y enfadado con el mundo incluso sin tener ningún gesto marcado. Era algo que se atendía en sus mejillas, en las cejas pobladas y en el mentón sobresaliente.
Ella suspiró.
Al suspirar un silencio quedó instaurado en todo el recinto. Ella era protagonista de un enamoramiento fugaz, una enfermedad común entre las soñadoras que visitan cafeterías bohemias de la zona antigua de Amsterdam. Pero no estaba en Amsterdam y aquello sólo era un bar medio-limpio y medio-lleno a causa de la retransmisión de un partido de fútbol.
Como decía, ella, sentada y vigilante, había suspirado. Su suspiro recorrió un trayecto turbio rodeando a algunas personas, tratando de subsistir entre el humo y el barullo del local. Podría decirse que fue el suspiro más intrépido de la historia de esa chica medio-loca, medio-enamorada. El suspiro se coló en la taza vacía del hombre rudo del sombrero y la gabardina y descansó allí, junto a los posos de café. Ella lo vio todo en panorámico, apretó los ojos y dijo bajito:
-Vamos, vamos, deja de dormir y llega hasta su oído.
Esto, desde luego, no ocurrió. Lo que sí ocurrió es que el hombre dejó de mirar el reloj de la pared de la izquierda y al girar el cuello la vio, con el pelo corto, una bufanda-cebolla de muchas capas y un cigarrillo consumido en el cenicero. Ella estaba absorta en sus suspiros y no se dio cuenta. Él pensó que estaba loca entera.
Dejó el dinero sobre la mesa, se frotó las manos y exhaló sobre ellas al igual que había hecho al entrar. La chica seguía en trance. Y él se fue.

Time.


Es tiempo para empezar de nuevo. Para cambiar ciertas cosas. Tiempo para vivir. Tiempo para disfrutar, quizás debería aprender a hacerlo. Tiempo para creer. Tiempo para tener el valor de empezar desde cero.

Tiempo. Creo que nunca te quise, tiempo.

Tiempo para ser la heroína y no necesitar que me salven. Tiempo para respirar, y simplemente no rendirme.

Stop, forget it.


Estoy cansada, molesta con la vida, realmente quisiera desaparecer ahora, diría que más que nunca pero probablemente lo vuelva a repetir; a fin de cuentas siempre acabo diciendo lo mismo, ¿no? He escrito tanto que ya ni siquiera sé qué palabras usar... He gastado tanto diccionario que no me siento con la libertad de seguir plasmado lo que voy sintiendo en las líneas, líneas que son mi única salvación, líneas que me cobijan y que me liberan; líneas, letras, tinta, únicas que pueden salvarme. Únicas que pueden retenerme, que pueden guardarme entre sus brazos. Quisiera escaparme lejos, otro planeta, otra dimensión, lo que sea, escaparme, esconderme, meterme dentro del closet y no salir nunca; ponerme bajo la cama y no volver a ver la luz. Pero es tan complicado esconderme cuando hay gente que se da cuenta de lo que siento, y preguntan. ¿Acaso no tengo la posibilidad de estar cansada? ¿Acaso no puedo desear yo, dejar de existir? ¿Por qué no pueden olvidarse de mí de una vez por todas? Por qué no pueden simplemente déjame en paz, aburrirse de seguirme, cansarse de mirarme...

Quiero correr, quedarme en un lugar tan oscuro como el espacio. Allí sentarme y abrazar mis piernas con mis brazos, cerrar los ojos y recargar mi cabeza en mis rodillas; llorar, llorar hasta que no salgan lágrimas, hasta que todo ese líquido se haya acabado hasta tal punto, en el cual tenga que comenzar a llorar sangre; y en una de esas, tener la suerte de que la sangre se acabe, la suerte de que puedan deshacerse de mí. Yo no sé qué hago aquí, si soy tan diferente, tan inexistente; nadie me ve, nadie se percata de que estoy aquí, a nadie le importa realmente porque lo único que hago es daño, daño y más daño. No aporto nada a la vida de los demás, simplemente problemas interminables.

Quiero fundirme en la tierra, quiero arrancarme el alma en cada respiración, en cada suspiro. Quiero convertirme en la lluvia y en el viento; en la tormenta y el mar agitado que se eleva por el nivel de la humanidad. Majestuosa... vida.
Tan majestuosa e inalcanzable, que ni siquiera me siento capaz de tomarte en mis manos. No puedo, vida, tantas veces que te he fallado, tantas veces que te he defraudado, ¿por qué sigues dándome oportunidades? ¿Por qué sigues dándome tu ayuda, si lo único que quiero es marcharme? No puedo aguantar la angustia, me lleno de desaparición y no tengo ganas de hacer algo.

Quiero correr. Quiero fundirme con la tierra y arrancarme el alma en cada respiración, en cada suspiro. Quiero convertirme en la hoja, en el calor que se apaga, en el frío que se oculta, quiero ser invisible, convertirme... convertirme en nada. Quiero acabar con todo, dejar de traicionar a quienes quiero, dejar de defraudarlos, dejar de hacer las cosas mal... tan mal...

Necesito ahogarme. Cortarme los brazos hasta aterrarme y chillar llena de terror. Necesito ahorcarme y jalar de mi cuello hasta no tener fuerzas. Necesito acuchillarme y atravesar balas por mi pecho; veamos si sirve de algo. Estoy tiritando, tengo frío, pero más que frío tengo congelado el espíritu. Quiero lanzarme al vacío y quedarme ahí, sin que nadie tenga ni la menor idea sobre mi paradero. Quiero entender las cosas, pero cada vez que averiguo algo, más me cuesta. Quiero recostarme, pensar en mi, quiero... simplemente quiero dejar todo esto, necesito irme. Necesito desaparecer por mucho tiempo, estar sola. Congelar mi piel y llenarme del aroma a gloria. Quitarme el sufrimiento, sentirme aliviada... Quiero correr los riesgos, pero cuando me lanzo a la vida, la vida me rechaza. ¿Entonces? No entiendo. Ya no quiero arriesgarme más porque cada vez que lo hago, más punzante se hace el dolor. Más sangre corre. Quiero guardar silencio, pero a la vez quiero gritar las cosas que estoy sintiendo desde hace mucho tiempo. Mañana, no sé qué será de mañana. Me complicaré la vida probablemente y me dejaré abierta a la muerte en cualquier rincón de mi mundo. Aunque mi mundo no es muy grande, o al menos no lo sé, porque no hay luz. Podría estar caminando kilómetros y kilómetros pensando que he estado dando vueltas en la misma habitación durante siglos; el tamaño de mi mundo depende de la persona a quien quiera. Hoy, el tamaño de mi mundo... es una caja. Pequeña, apenas entro en ella, pero me guarda, me protege del todo, me esconde. Es fuerte, tiene vida propia y parece incluso susurrarme cosas al oído mientras gritan mis cuerdas vocales sin emitir sonido. Me siento insignificante, ¿saben? Quisiera, quisiera ir a un bosque, y sentarme en la hierba fría y húmeda, apoyar mi espalda en las raíces de un árbol tan sólo como yo, hacerle un poco de compañía en silencio, una compañía que no interrumpe pero que llena por completo; basta la presencia. Aquel árbol me amarraría con sus ramas, me estrujaría y me haría saber que aún estoy viva. Le preguntaría, entonces, ¿por qué? y él me diría, que aún tengo demasiadas cosas que hacer. Seguramente me quedaría durante unos segundos pensando en ello, en las cosas que debo hacer. Luego de un instante, me inundaría en la rabia y me retiraría; me sentaría al lado de un árbol seco, sin hojas, raíces raídas por el tiempo, presencia triste y afectante, débil; y aquel árbol tan desgastado, tan inservible, tan invisible; le vería, me serviría, sería mi uso. Ese árbol, no me cuidaría, pero siempre estaría. No me daría consejos, pero sufriría conmigo si llegaba a depender de ello. Ese árbol, sería más realista que el primero, no obstante, segura estoy de que cuando me levantara, no habría aprendido nada, él tampoco. Pero ¿qué importaba? Nada. Si por un poco de tiempo, habíamos obtenido lo que buscábamos; esa compañía irrompible, pero demasiado distante para ser compañía.

Hoy quiero amarte.


Con tus defectos, con tus virtudes, con tus caricias, con todo tu ser. Hoy quiero amarte y quiero sentirte a mi lado. Hoy he notado más allá de todo tu importancia, porque mi amor es sincero y si no se va es porque tiene y siente razones para seguir viviendo. Hoy te amo y mi amor crece cada día más. Con llantos, con suspiros, con tristeza, con felicidad. Así te amo, más allá de lo físico, más allá de nuestros cuerpos, más allá de los humano. Así te amo, rozando la perfección, sabiendo que volveremos a encontrarnos. Y de a poco voy entendiendo que el amor no se puede definir, ni describir porque cada amor es especial, único, perfecto y el sólo hecho de sentir amor me hace ser mejor cada día. Te amo y no dejaré de hacerlo, porque a pesar de todo, quiero amarte.


sábado, 6 de agosto de 2011


Llevaba semanas esperando ese momento, el día en que caería una lluvia de estrellas que le permitiría pedir un deseo. La noche estaba totalmente tranquila y en silencio, se recostó en el suelo, observando el cielo plagado de pequeños puntos blancos que radiaban luz propia. Cerró los ojos, visualizando su deseo, dos personas, un alma, un único corazón y un mismo destino. Volvió a abrir los ojos con un largo suspiro y centró sus ojos en el cielo, esperando pacientemente hasta que por fin una de las estrellas cayó dejando un rastro blanco tras ella, sonrió al notar la calidez de una mano rozando la suya y entrelazandose con sus dedos.
-¿Ya has pedido tu deseo?
-Claro.
-Apuesto a que se que deseo has pedido. Pero no era necesario, estaremos siempre juntos, te amo.

Canciones que quedan desconocidas.


Recorría calles húmedas de pobreza en su búsqueda, sin querer caminaba por parajes amenazantes sin saber lo que hallaría; hasta que un día, sin darme cuenta ni realmente buscarlo, lo encontré. Si, a él... al que ve lo que yo y lo muestra como yo no sé. Tamaño alivio me dejó esa tarde en el corazón, el aire que salía del estéreo era una burla al éter; un aire dulzón, agresivo e inignorable. Fue su voz irreverente, su falta de rostro, su ausencia material o tal vez sólo la ilusión de mis anhelos realizados lo que me cautivó. Corrí dentro de la tienda a averiguar quién era el dueño de la voz que se deshacía en el aire pero nadie sabía quien había sintonizdo el dial en esa emisora... ninguno de los presentes admitió haber siquiera puesto a andar la radio. La canción terminó y dio lugar al ruido de la estática del fin de la emisión. Acompañandome todo el camino de regreso a casa, su voz me acariciaba, perfumaba mis pasos, enredándose en mis tobillos y nublando mis ideas. Los días pasaron y la dulce voz se volvió algo parecido a lo que era. Mi cabeza escuchó miles de voces más y acabó por fundirla y confundirla con otra más del montón. Lo que era dulzón se tornó insípido y banal a mis oidos y un día, no muy particular, me olvidé la voz detras de otras que la duración etiquetó de mejores. Una tarde, no muy distinta a la que lo encontró en el aire, lo sepultó entre los recuerdos del pop basura, por no poder hallarle otro lugar.

Así fue como perdí a mi cantante favorito, uno que nunca busqué, que nunca quise, que nunca idolatré ni nunca fotografié. Todo, porque creo que aún no lo conozco

Y ponte música. Pero no cualquier música. Si no esa que te hace sentir en otro mundo, donde puedes ser tu misma, hacer lo que te de la gana. Si el resto te critica pasa de ellos, es más fácil de lo que pensaba. Si no te dejan hacer algo, hazlo. Si no, ¿donde se quedará tu espíritu? Píntate los labios de rojo, ponte el pantalón mas corto que tengas y sal a la calle a comértela. Sonríe, que todo el mundo te mire. Sientete alguien grande y no dejes que jamás te quiten la bonita sonrisa que todos tenemos. Sal, conoce gente y vive el presente.

Como la luz.


Sí. No sé como, pero cada vez te vas haciendo más grande dentro de mi. No sé lo que tengo que pensar a cerca de eso. Sé que me gusta que tengas tu hueco, ahí dentro de mi. Y creo que es algo bueno porque cada vez que te recuerdo y te busco como a una luz en mi interior, sonrio. Te recuerdo como alguien juguetón. Y lo que mas me gusta es que me recuerdo a mi como alguien divertida. Sabes sacar las cosas buenas de mi.

Happy.


Hay días iluminados por pequeñas cosas, por nimiedades que te hacen increíblemente feliz: una sobremesa con risas, un juguete de la infancia que aparece en la estantería de un anticuario, una mano que aprieta la tuya, una llamada que no esperabas, unas palabras dulces, tu hijo que te abraza sin pedir otra cosa que un momento de amor...
Hay días iluminados por pequeños momentos de gracia, un aroma que te alegra el alma, un rayo de sol que entra por la ventana, el ruido de un chaparrón cuando estás todavía en la cama, las aceras nevadas o la llegada de la primavera y sus primeros brotes.

- Tú te crees un príncipe azul, ¿verdad?
- Depende de quién sea esta vez la Cenicienta.

Porque 1+1 no siempre son 2, porque el blanco puede ser negro, porque el negro es la mezcla de todos los colores, porque lo más fácil no siempre es lo acertado, porque lo complicado a veces es más atractivo, porque lo atractivo no siempre tiene que ser bonito, porque un "no" a veces es un "sí", y un "sí" a veces es un "no", porque no es oro todo lo que reluce ni plata todo lo que no brilla, porque comer a veces no te quita el hambre y dormir no significa que descanses, porque estar rodeado de gente no significa estar acompañado, porque se puede soñar despierto, porque la gente cambia, y tú cambias con ellos, que la inmensa mayoría no son lo que aparentan lo acabaras viendo, y aceptando con el tiempo. Porque a veces los ojos hablan más que millones de palabras, porque a veces los silencios son mucho más que las palabras (...)

miércoles, 3 de agosto de 2011


Una vez le preguntaron a un gran poeta que era lo que le inspiraba, el respondió que cada uno de los resquicios de la vida son importantes y le aportaban cada una de sus rimas, en otra de sus entrevistas le preguntaron que era aquello que hacia de su vida una poesía el respondió que nadie puede vivir sin tener otra persona al lado, a otra mitad que te completa... Y yo le creo, le creo desmesuradamente, puedes llamarla alma gemela, media naranja o como quieras. Puede que sea un error, una tontería o simplemente una escena romántica, pero quien no lo acepta es porque no lo ha vivido, porque quizás no sabe lo que se siente cuando te besa, te abraza, cuando te coje la mano, cuando te dice "te quiero", cuando te susurra al oído "siempre estaremos unidos", cuando te asegura que no te va a dejar caer, cuando se convierte en parte de ti, cuando te cuestionas ¿Porque?, cuando el te ayuda a sonreír, cuando te apoyas en su pecho y sientes que note importa nada lo demás, cuando te manda caricias y abrazos a millones de kilómetros, cuando llevas diez minutos sin verle y ya le echas de menos, cuando las horas a su lado parecen segundos, y luego debes conformarte con simples fotos, mensajes o llamadas telefónicas, cuando sientes que te da igual o que digan los demás porque le quieres más que a nada en el mundo, cuando se convierte en la única razón por la que cada mañana te despiertas, cuando cada canción de amor lleva su nombre, cuando no existe cosa que te haga más feliz que levantarte a su lado, cuando te dice que eres su princesa preciosa y caes rendida a sus pies. Porque es entonces cuando te das cuenta de que quizás los príncipes azules no existen, ni tampoco cenicienta ni mucho menos los sapos que se convierten en príncipes, ah si y tampoco los surferos guaperas, las historias de amor perfectas...
Que todo se esfuma en una reacción química, un chispazo, tu mitad o tu aire. Ese mismo que te corta la respiración con un beso.

:)


Recuerda estas palabras cada vez que te sientas inferior, cada día que no te comas el mundo, cada atardecer que no te guste, cada noche que llores de impotencia, todas la veces que derrames lágrimas por alguien que no vale la pena, cada vez que te revientes, te reconstruyas y revivas, cada vez que te enamores de una sonrisa, de una mirada, o de una palabra, cada día que no te sientas la princesa de tu cuento, de tu propia historia, cada vez que no te apetezca sonreír, cuando el oxigeno te falte y te cueste respirar, cada instante de desilusión, de falta de fe, de recuerdos ahogados en silencios incómodos, o en el pasado remoto de algún beso robado, cada día que tu estrella no brille, que tu luz no te guié, no te ilumine, cada vez que escuches una canción y la lluvia caiga de tus pestañas, cada día que no andes distraida pensando en el, cada vez que te caigas, que lo des todo por perdido, que pienses que no vas a salir de eso... Piensa en mi, en que yo también caí cierto día y que sola pude salir, levantarme y pisar fuerte, sonreír al mundo y demostrarles a todos que lucho por lo que quiero, que no pueden conmigo, que pase lo que pase no me pienso rendir jamás, así que si me necesitas, silba, haz me una señal de humo, una perdida, lanza un mensaje en una botella al mar, gritame fuerte, muy fuerte, y yo recogeré los cristales rotos de tu vida. Recuerda que todos caemos alguna vez y los valientes también fuimos cobardes.

¿Acaso nunca has tenido esa sensación?


La de no encajar en el mundo, tener ganas de llorar y de estar sola, la sensación de que nadie entiende tus sueños, tus metas, las ganas de ver sonreír a un niño enfermo, que eches de menos a alguien que ni siquiera has conocido, o que llores cada noche por el después de tanto tiempo, esa sensación de que no le importas ni una mierda a los demás. Pero tranquila, terminarás acostumbrándote, al final será incluso rutina.

Queda mucho por sentir.


Se trata de perder el control, de correr sin lugar donde ir, de viajar, de soñar en sueños, de desear cosas imposibles, de reir y contagiar a todos, de agarrarle por la espalda y besarle hasta que te falte el aliento. Se trata de vivir la vida, a tu manera, de ser diferente, de tener tus propias normas, de vivir al limite, de sentir que la vida es una banda sonora, y que hay canciones con las que vas a llorar, pero es el sentimiento, como cuando un fan escucha su canción favorita en un concierto en primera fila. Así que ponte tus auriculares, dale al play y empieza el CD de tu vida.

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Debe de ser alguna de esas tristes teorias de algún sociologo viejo, pero el jodido tenia razón, quien pierde tu confianza no logrará volver a tenerla jamás, quien te ha fallado tantas veces lo seguirá haciendo y lo peor de todo es que tu seguirás llorando echandote la culpa de todo lo que el te diga. Y ahora llegados a este punto, en el que te importa una mierda lo que te pueda decir cuentas los dias, las horas, los minutos y los segundos que te quedan para escapar de tu jaula de cristal.

¿Qué son las lágrimas?


Con una simple formula lo podría explicar, pero se queda corta esa formula, para mi hay algo más, pienso que las lágrimas son los gritos del alma, es todo aquello que callaste por no dañar a los demás, las lágrimas son el miedo, son ese grito de ayuda, esa necesidad de tener alguien a tu lado que te tienda su mano, las lágrimas son los sentimientos, las emociones, es demostrar que eres un ser humano, que tienes corazón, es increíble sentir que una simple lágrima, aparentemente una gota, pueda reflejar todo aquello que guardas dentro.

Esta mañana se respiraba el amor en la ciudad, en cada calle, en cada esquina, esta mañana al levantarme había un mensaje en mi móvil, en ese mensaje se podía leer un buenos días princesa, y ha sido entonces cuando reflexionando he llegado a la conclusión de que estoy enamorada. Y que no se como ha llegado hasta aquí ni porque pero supongo que eso es algo que nadie sabe. Hay estudios que aseguran que el amor es una reacción química, aseguran que es un estado de demencia temporal, y que no dura más de cuatro años que después de el amor solo queda el respeto, yo realmente no lo creo, si no como explicas que miles de personas se quieran igual que el primer dia despues de cuarenta años de relación, mi teoria tal vez no es tan cierta pero... Yo pienso que el amor viene de repente, fuerte, no entiende de edades, ni de sexo, tampoco de raza ni de diferencia social, porque es como un tsunami, arrasa con todo, y le dan igual los demás, le da igual lo que piensen y digan los demás, le da igual destrozar miles de familias, le da igual todo, porque esta creado para hacer feliz a dos personas, o a tres porque tampoco entiende de personas que participen en el, porque desafia a la gravedad haciendote sentir que vuelas cada vez que se rozan tus labios con los de la otra persona, te altera y hace que los latidos de tu corazon cada instante vayan mas rapidos, te deja sin respiración, sin aliento, te hace dependiente a la otra persona, tal vez sea cierto que no es para siempre, pero si no es para siempre es porque llega otro tsunami con mas fuerza, el problema de este tsunami es que solo uno de los dos muere, muere por amor.