Dame un bolígrafo y un papel y te enseñaré a soñar. Antes de que aprendas a soñar debes cerrar los ojos y imaginar un mundo nuevo, solo para ti y para mi..

lunes, 10 de diciembre de 2012

De trozos de perfección imperfecta.

Quizás su problema no era no haber tenido nunca la ocasión de pararse a contemplar la luz del Sol. Vivía entre relojes y carreteras, apasionada de la realidad que sólo ella podía ver. Consumía todo su tiempo en dar largas caladas a cigarros, o en revisar informes y proyectos ahoga en litros y litros de café. Escondía sus palabras trás un carácter sumiso y cerraba la puerta al mundo para ausentarse de su alrededor. Sus dientes rechinaban mientras escupía rencor por las grietas de sus labios, y gritaba, gritaba desmedidamente su rabia hasta quedar sin aire en los pulmones. Su vida estaba repleta de mentiras y engaños inocultables y creada a partir de trozos de perfección, de perfecta imperfección. Ansiaba ser el modelo de mujer anhelada por todos, sin caer en la cuenta de que su vida se consumía mucho más rápido que aquel cigarro, que ahora sólo era papel, papel que se convirtió en cenizas.

Todo puede ser.

Puede que dé demasiado por la gente,  puede que quiera demasiado a quien posiblemente no se merezca nada. Puede que sea demasiado sensible, puede que no sepa nada sobre mi misma porque ni yo misma me entiendo, puede que inútilmente me sienta mal por quien no debo. Puede que me monte paranoias en la cabeza, puede que a veces hable por demás y a veces demasiado poco, puede que escuche demasiada música y escuche demasiado poco a las personas.Puede que me considere demasiado poco, pero tampoco han hecho que consiga considerarme algo especial para alguien.

Puede que a veces debería hacerle más caso al corazón y no a la cabeza. Puede que a veces sea un poco feliz y habitualmente esté demasiado triste.

domingo, 9 de diciembre de 2012

Puedes considerarme una persona rara, diferente, nada de otro mundo pero tampoco nada de este, no sé vivo a mi rollo, cuido de quien cuida de mí y a veces de quien no debería cuidar. Se podría decir que podría vivir a base de música, un cuaderno y un bolígrafo en el que posiblemente me tiraría horas escribiendo sobre la mierda de sociedad en el que creo que vivimos. También se podría decir que soy feliz, pero como diría Rulo ''harto de estar tan solo rodeao' de tanta gente'', todo el mundo en cuanto te ve llorar va a ti y se 'preocupa', aunque realmente dudo que más de tres personas de esas que se acercan les importes, simple cotilleo. No soy feliz, tengo mis ratos de alegrías, pero no llego a ese estado de felicidad porque no sé llegar a él o simplemente porque no paso tanto tiempo con la gente que consigue mis ratos de alegría. Aún así me sorprende que haya gente que siga a mi lado, porque he defraudado mucho, he cometido errores que sé que yo no perdonaría a cualquiera pero ahí siguen aguantándome en mis días malos y también en los buenos.Posiblemente sea la persona más desastrosa de este mundo, raro es si encuentras algo en mi habitación, raro es si mi cabeza está donde tiene que estar y el corazón sabe lo que debe hacer.
No me gusta mi cuerpo, nunca me ha gustado, pero es lo que soy y punto. Llevo gafas, al principio odiaba salir con ellas a la calle, realmente ahora mismo de da lo mismo. Visto como me apetece, hay días que no me apetece arreglarme simplemente porque me veo mucho mejor con una sudadera y unas zapas que con una falda y unos tacones, de hecho es que no hay cosa que más odie en este mundo que ver a gente que va en ese rollo y te miran por encima del hombro, no lo soporto. Paso de los comentarios absurdos que hace la gente, porque realmente un físico nunca definirá lo que es una persona.Adoro a mi familia, aunque muchas veces me sacan de quicio. Mi hermana seguramente ha sido la persona que siempre ha estado ahí apoyándome, pasara lo que pasara. Mi abuela es mi ejemplo a seguir, me parece la mujer más fuerte que he visto en mucho tiempo y sobretodo que aún llevando más de 50 años con mi abuelo se quieren. Mi madre, que decir de ella, si es la mujer más bonita que he visto en este mundo y también una persona a la que le sobran cojones para comerse el mundo, es una persona real. No las elegí en ningún momento, pero no podía haberme tocado personas mejores en este mundo.Esa persona tan especial lleva ya conmigo un año y dos meses, con sus separaciones durante unos meses, pero sigue ahí y lo mejor de todo es que cada día lucha por sacarme adelante y quitarme la negatividad con la que convivo habitualmente. Esa persona debería valorarse más y quererme quizás un poco menos, pero al fin y al cabo creo que esa manera de querernos es lo que nos ha llevado a seguir luchando por lo nuestro cuando creíamos que todo estaba perdido.Adoro los tatuajes, pero con un significado, nunca entenderé que alguien se llene el cuerpo de tatuajes porque está de 'moda'. No tengo grupo de música favorito, porque cada día me apetece escuchar algo distinto, pero mis estilos siempre serán el rap y el rock. No entiendo porque la gente entiende que el reggae es fumar porros, que el rap es vestir ancho y el rock se resume en sexo y drogas, son estereotipos que lo único que provocan es crear falsas imágenes sobre un tipo de música. Soy atea, no creo en Dios, opino que no tengo que creer en nada tan sólo en mi misma aunque todo pase por algo, ese algo para algunos es el destino. No creo que un papel demuestre que quieres pasar el resto de tu vida con una persona, de hecho me parece algo totalmente absurdo, si quieres a una persona la quieres todos los días, no dos putos días de año: San Valentín y el día que te casaste. Un papel no demuestra nada, lo que realmente demuestra es un puto hecho y aún menos un regalo demuestra que quieres a una persona. Siempre he creído que sólo nos enamoramos una vez en la vida, que esa persona nos marca hasta el resto de nuestra vida y para mí siempre fue mi ocho de Octubre. Odio totalmente a esas personas que se dedican a menospreciar a las personas por ser de mujeres, refiriéndome al maltrato, por tener otra cultura, ser de otra raza o cualquier otra gilipollez. Soy de izquierdas, pero lo único que se ve es que lo que hay en este país es una panda de egoístas que se limitan a darse lujos y son capaces de ver a gente viviendo en la calle cuando a muchos se nos cae la cara de vergüenza de ver que haya gente tan rica y gente que no tiene nada. Vivo en un país en el que se trabaja para mantener a una familia ‘real’ que más que real yo diría que es lo más falso que he visto en este mundo y mantener a un grupo de vagos que tienen sueldos con los que se podría mantener a un país entero. Es triste, pero vivo en un país que va así. Odio que la gente se piense que la vida es de color de rosa y que cuando la vida les dé el palo, se limiten a llorar y a quejarse de la situación. Joder, que o luchas y te follas a la vida o la vida te folla a ti. Que dudo que haya mucha gente a mi alrededor que haya pasado cosas como las que he pasado y aún así he tirado para delante por mucho que diga que no puedo y que no soy fuerte, tiro para delante y si tengo que pasarme noches llorando me las tiro, pero hasta que no salgo de la mierda en la que esté metida, no paro.Que lo que hoy soy es por todo este tipo de cosas, porque he sabido quién era desde un principio y que sé que no puedo irme de este mundo sin luchar. Que voy a sonreír hasta el día de mi muerte, a todo el mundo nos sienta bien una sonrisa y a mí me hicieron el mundo para comérmelo día a día.

Somos de carne y hueso, pero tenemos que vivir como sí fuéramos de hierro.

Eso es así, nos duelen demasiado cosas sin importancia y siempre acabamos ahogándolas en un vaso de alcohol y unas caladas que sólo nos provocan sentirnos peor al día siguiente. Es absurdo, sí, pero también nos resulta inevitable.
No puedes mostrar que eres de carne y hueso porque cada vez que lo dejas ver lo único que provocan son heridas que con el tiempo se curan y cicatrizan, aunque siempre van a estar ahí, quieras o no.
Siempre tenemos en la boca la frase 'Estoy hecha mierda' y que lo digas mil veces no va a solucionar nada, al igual que las lágrimas. Llevar una sonrisa con todo esto tampoco soluciona nada, pero creo que es mejor ver a cualquier persona regalando sonrisas que llorando. Que a todos nos duele, unos nos callamos y sonreímos, otros os quejáis de lujo y los primeros acabamos llegando a un punto en el que ya no podemos con nosotros mismos y aún así seguimos sacando al resto de su mierda.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Amor, tan simple como eso.

Se podría decir que el 8 de Octubre de 2011 empezó el resto de mi vida, de una manera bastante inesperada, con la llegada de un chico que acabaría llamándole el chico de mi vida. Era algo nuevo para mi, algo con lo que tenía que experimentar, algo con lo que acabaría con una confianza total.
¿Motivo de que pasara esto? No lo sé, simplemente pasó y supuso un cambio en mi vida donde se acabo el sólo pensar en mi misma y empezó a hacerme creer que todo el mundo estamos destinados a alguien. A unos les llega antes, otros más tarde, pero todos los perdemos en un momento de nuestra vida y algunos tenemos el valor de recuperarlo, otros no tanto por cobardía o por simple orgullo, aunque en mi opinión el orgullo en una relación sobra.
Todos, absolutamente todos un día nos damos cuenta de que justo ese día queda marcado en el calendario de tu vida. De una manera o de otra eso estará ahí, pero de nada sirve que eso esté 'olvidado' sí estás con otra persona y en tu cabeza tienes a esa que te marcó, de nada sirve acostarte cada noche en una cama sin la compañía que realmente te hace feliz porque no tienes el puto valor para recuperar a esa persona. Duele, cuesta lágrimas y sangre, pero o lo haces o nunca vas a ser feliz.
Buscamos la felicidad siempre en brazos ajenos con los que sólo encontramos un poco de sexo sin amor y un buen rato que no llegará a significar nada en tu vida. Nunca nos enamoramos dos veces, nunca conseguiremos sustituir a una persona con otra que nunca nos resultara suficiente después de esa persona.
Que sí, que todo el mundo deja algo en nuestra vida que nos llega a marcar en algún momento, pero dudo mucho que a esa gente la recuerdes el resto de tu vida comparado con la persona de la que te enamoraste. Que quiero hacerle feliz hasta el resto de mis días, que haría lo que fuera por ese chaval tan diferente del resto, lo daría todo sin exceptuar nada.
No quiero ver a otra persona a mi lado en la cama cada mañana, no quiero polvos de un día y adiós, no quiero hacer el amor con alguien que no conllevará nada en nuestras vidas, no quiero ver llegar a alguien totalmente desconocido del trabajo desanimado, no quiero te quieros sin sentido. Le quiero a él, quiero despertarme cada mañana y que le oiga un 'buenos días dormilona, estás preciosa' con esa sonrisa que enamora, quiero hacerle el amor con todo lo que nos conlleva, quiero verle llegar del trabajo y coger y animarle tan sólo con besos con un verdadero sentido, quiero oír verdaderos te quieros demostrados día a día. Quiero ser feliz el resto de mis días.

domingo, 12 de agosto de 2012

Supongo que son cosas que tenían que pasar.

Muchos cambios están sucediendo en mi vida últimamente, gente que se va y gente que viene, ilusiones nuevas y ilusiones que han roto, días increíbles y días que no quiero volver a tenerlos. No me arrepiento de nada de lo que ha podido pasar porque al fin y al cabo ha habido momentos en los que he sido muy feliz, pero duele que una persona coja y esté todos los días pendiente de ti y al cabo de una semana coja y parece que ni se acuerde. Todos los días me levantaba con un 'buenos días princesa, ¿qué tal has dormido?' ¿Sabeis lo que es eso? Sentir que parece que por una puta vez en tu vida le importas a alguien como a nada en este mundo, pero que luego desaparezca como si hubieras dejado de existir sin motivo alguno. Duele mucho, tanto que piensas en él todo el día y saber que no puedes dejarle.
No eres mi tipo de chico, es totalmente diferente, pero ha conseguido en apenas dos semanas que sacara lo mejor de mi por él y ahora no existo. Supongo que debo olvidarme de que todo esto sucedió.

jueves, 5 de julio de 2012

Cuando el reloj marcaba la hora de olvidar.


Quiero una tarde de sofá, una noche sin dormir, un viernes sin reloj. Quiero que no me deje marchar cuando se me haga tarde, que critique mis vestidos con un "llevas demasiada ropa" y que se ocupe él de quitármela ; que sus silencios me digan más que sus palabras y que de vez en cuando me haga cabrear para después arreglarlo todo con el mejor beso y abrazo que me pueda dar.

El reloj no se detiene.

Sigo sin entender porque jugaste de esa manera con mis sentimientos, siempre estuve a tu lado cuando me necesitabas, era yo la que te defendía cuando nadie creía en ti. Pero al final resulto que todos tenían razón y tu solo jugabas conmigo. Pero lo peor de todo es que no me imagino sin ti, ni siquiera sé que voy a hacer si no te tengo, si tú no estás, yo no estoy. Te necesito y ambos lo sabemos, pero nunca pensé que me hicieras algo así, nunca pensé que jugarías conmigo, nunca pensé que significara tan poco para ti. Necesito hacerme a la idea de que la vida me ira mucho mejor sin ti, y sin nuestros recuerdos, pero siento que no puedo, que no soy tan fuerte como creía que era, que aunque me pinte una sonrisa en la cara mis ánimos están por los suelos. Pero el reloj no se detiene, la vida sigue aunque tú no estés a mi lado, aunque cada segundo duela mucho más que el anterior…

Una noche de tantas.

Miras el reloj, son las cuatro y veinte de la mañana tan solo han pasado dos minutos desde la última vez que lo miraste, pierdes cualquier esperanza de ser capaz de dormir esta noche. Te desesperas, te sientas en la cama te revuelves el pelo, suspiras y te vuelves a tumbar. Miras cada rincón de tu habitación, suspiras una y otra vez, tan solo oyes el tic-tac del reloj que se pone de acuerdo con el ritmo de tu corazón. No puedes evitar recordar su mirada, aquellos ojos azules que tanto brillaban, su pelo aquel que tanto te gustaba acariciar una y otra vez , su sonrisa, que tantas sonrisas te ha sacado, sus ganas de vivir la vida, de las que te contagiaste tiempo atrás y entonces una lágrima cae por tu mejilla hasta llegar a tu almohada. Esa pequeña lágrima viene acompañada de otras, te secas los ojos, mientras te muerdes los labios. Sientes que ya no puedes más, que la vida se te escapa si no estás con él, que darías cualquier cosa por tenerle cerca y por abrazarle tan fuerte que no se pudiera ir nunca más.

Silencio.

Tenemos la mala costumbre de aferrarnos a las personas, de convertirlos en nuestros pilares fundamentales que en cuanto fallan, nuestro edificio decide derrumbarse. ¿Y sabes que es lo peor de cuando se van? El silencio. El silencio, es las noches eternas y solitarias, donde sin tú quererlo los recuerdos se agolpan en tu mente, ese silencio que se llena de ruido al recordar sus palabras, tus palabras, y todas aquellas que quisiste decir, y no fuiste capaz. Y las mañanas, las horribles mañanas donde después de una horrible noche, te despiertas y le buscas en tu cama y no hay nada, ahí solo estás tú, tú y ese silencio de la soledad. Y el tiempo pasa, y tú te intentas recomponer, buscas ayuda, pero no sabes a quien acudir, y la única persona que se te ocurre es la que más lejos esta. Y piensas "¿Qué me queda?" Y mientras buscas una respuesta, todo la atmosfera se envuelve de ese silencio que va matándote por dentro, rompiéndote en mil pedazos a cada segundo que pasa.

domingo, 10 de junio de 2012

¿Recuerdas aquellos dias en los que existian los cuentos de princesas?

Fantaseabas sobre como sería tu vida, con un vestido blanco y tu príncipe azul llevándote a su castillo sobre las colinas; por la noche te echabas en la cama, cerrabas los ojos y te abandonabas a tu fe. Santa Claus, el Ratoncito Pérez, el príncipe azul estaban tan cerca que los saboreabas; pero vas creciendo, y un día abres los ojos, y los cuentos de hadas han volado. La mayoría de la gente acude a aquellos en quienes confía. La cuestión es que es difícil dejar que los cuentos de hadas desaparezcan; a casi todo el mundo le queda una mínima esperanza de que un día abrirá los ojos y verá que se han hecho realidad. Cuando el día llega a su fin, la fe es un misterio, aparece cuando menos te lo esperas. Es como si un día te dieras cuenta de que los cuentos no son exactamente como habías soñado. El castillo, puede que no sea un castillo; no es tan importante eso de ser felices para siempre, basta con ser felices en el momento. A veces, muy de vez en cuando, la gente puede darte una grata sorpresa; de vez en cuando, la gente te deja sin respiración.

Voy a darte las gracias por arruinarme todos los días mi vida.

Si, cada nuevo día nos trae una nueva tanda de mentiras, las peores son las que nos contamos a nosotros mismos antes de dormir, las susurramos a oscuras y decimos que somos felices, o que él es feliz, que podemos cambiar o que él cambiará de idea, nos convencemos de que podemos vivir con nuestros pecados o de que podemos vivir sin él. Si, cada noche antes de dormir, nos mentimos a nosotros mismos con la esperanza absolutamente desesperada de que al amanecer todo se hará realidad.
Siempre consigue arrancarme una sonrisa. No puedo evitarlo, se me dibuja en la cara sola. Y mejor todavía, me ilumina el corazón. Hay sonrisas falsas, que sólo manipulan el rostro. Pero no consiguen engañar a nadie, la sonrisa de verdad no se ve en los labios. Se ve en los ojos, que brillan de repente. Es extraño; por muy mal que vayan las cosas, por mucho empeño que ponga en estar enfadada o triste, siempre aparece esa sonrisa. Siempre aparece esa persona que consigue arrancármela. Que consigue robármela. Y hacía mucho que no sonreía de esta manera. La cuestión esque me gusta sentir esa luz en mis ojos y me gusta sentir que vuelve a haber un siempre. Aunque para mí el siempre no sea más que un continuo por ahora. Pero hay que ver cómo me gusta este por ahora. Cómo me gusta mi sonrisa. Y la tuya.

Fuera de combate.

Soy un trozo de cada persona que ha pasado por mi vida, aunque fuera un mísero segundo, un roce en el metro, o años enteros aguantándome. Soy el pasado que tanto añoras y el futuro al que temes. Soy el amor en sus primeros meses, esos mensajes con tantos te quieros, esos besos enviados desde lejos y también la que jamás te quise entender. Soy la banda sonora de tu vida, y esa canción tan pegadiza a la que tanto odias y siempre acabas cantando.

domingo, 22 de abril de 2012

Porque parece que mientras más te vas, menos ganas tienes de regresar. Es muy fácil dejar los pensamientos desordenados, y las necesidades básicas como principal prioridad. Olvidar que hay veces que la tristeza logra colarse por la ventana, sobre todo en estas noches de calor en que sólo queda dejarla abierta y que las luces de la ciudad entren a raudales en la habitación. Mirar las calles desiertas y darte cuenta que tu compañía para la soledad se encuentra muy lejos de aquí. Que no hay tantas estrellas, que me sobran los dedos para contar deseos. Que hay momentos en que vuelves a querer escapar, a dónde sea, el único requisito es no pensar, y no arrepentirse nunca. Esperar a que todo vuelva a estar en orden, escoger bien el andén y esperar un siguiente tren. Llenar la maleta de emociones que se quedaron impregnadas en millones de fotos, de nuevas ilusiones, y sobre todo de saber que a veces no necesitas de nadie más que de ti misma.
Creo que si me preguntaras el momento en que volví a sonreír, te lo contaría juntando todos los detalles. Te podría decir que el cielo estaba gris, que no había estrellas aunque si miles de deseos, que la brisa era fría, que la música inundaba las calles, que podía escuchar cada palabra y descubrir mil cosas ocultas detrás de cada una. Que me fui a dormir tomando decisiones que me mataban de miedo, pero a la vez me hacían sentir algo que no podría escribir. Si me preguntaran ahora, diría que el tiempo no ha pasado, y que no soy capaz de encontrar las mismas cosas ni aunque recorra millones de kilómetros. Que hay tantas manos y tantas caricias, pero el aire siempre se acaba llenando de palabras vacías, de gestos que empiezan a inundarte, pero acaban todos en lo mismo. Yo necesito ese complemento que de gas a mis alas, el ingrediente secreto que se esconde debajo de tu almohada, ¿lo entiendes ahora?
De vez en cuando necesitamos un día. Un día para llorar, para gritar, para odiar y querer al mundo a la vez, para desahogar todas esas cosas que dejamos en nuestra cajita de seguridad sólo por si acaso. Para pensar en lo que ya no está y en todo lo que hemos conseguido. En que mañana el parte sigue dando tormentas pero por el corazón no pasa ni una sola gotera. Un día para coger todo el aire que podamos y respirar muy muy profundo, para preparar cada pequeño cambio en nuestra vida. . Y no sé hacia donde voy, nunca lo sé. Lo que sí sé es con quien quiero ir. También sé que una sonrisa robada por alguien en el momento justo puede salvar un mal día. Que las cosas también pueden estar destinadas a salir bien.
A veces todo es demasiado bonito como para creérselo, aún así supongo que hay que hacerlo. Yo creo que podría tener resaca de besos todas las mañanas. Podría acostumbrarme a ir de la mano a cualquier lugar. Podría tener miedo, pero miedo contigo, de ese que te eriza la piel y te hace querer adelantar el tiempo, o tal vez hacer que un instante dure un poco más, el suficiente para que no se nos olvide nunca. No dormirme hasta escuchar el móvil. No soñar nada en especial, sólo porque no creo que fuese a superar esto. Tomar vino y cenar en un restaurante bonito, pero también pasar noches enteras comiendo gominolas y chocolates bajo una manta, diciendo cualquier cosa sólo como excusa para que me abraces otra vez. Ver un atardecer al lado del mar, respirando sal y vida. Podríamos ser mil cosas a la vez, sólo tenemos que creerlo. Cerrar muy fuerte los ojos y sabernos invencibles, porque muchas veces llego a pensar que lo somos. Porque mírame, he llegado a matar todos mis monstruos por ti. Y creo también que ya ni siquiera me preocupa lo que pudo haber sido, sólo todo lo que voy-vamos a ser a partir de ahora.
Tengo tanto dando vueltas que no se qué empezar a tirar primero. Siento las mentiras volando alrededor, el frío de algunas noches, el silencio en que lo dejas todo cuando decides desaparecer. Y siento que a veces no debería darle la mano a nadie, tengo tanto miedo de creer que hasta me asusto a mí misma. Y entonces me doy cuenta que sólo soy cómo el resto. Que aferrarse a algo te acaba ahogando, que sólo tienes que intentar respirar por tu cuenta porque si compartes el aire quizá no te salves. Hay veces que los demás deciden dejarte, y no puedes hacer nada para evitar que se vayan, sólo tratar de no quedarte tú. Y no sé cómo me las arreglo para quedarme siempre con todas esas preguntas que nunca encuentran explicación, con el corazón un poquito más roto, con escalofríos que me recorren las manos y me congelan el mundo. Siempre estuviste lejos, pero ese nunca fue un motivo para dejar de creer... Sin embargo, hoy ya no creo nada. No quiero creer en nada.

domingo, 15 de abril de 2012

La vida no tiene absolutamente nada que ver con la perfección. No son ni viejas amigas, ni conocidas, nunca compartieron piso; Tampoco fueron vecinas.. Más allá de todo esto, sí me atrevería a decir que fueron algo. Si la perfección y la vida algún día tuvieron un acercamiento, estoy casi segura de que fueron enemiga hasta el límite. Porque, pensando y repensando todo aquello penable acerca de este asunto.. ¿Qué es la perfección? Ser alguien perfecto significa ser alguien de quien todos tengan la idea común de que sí lo es. Pues, si una sola persona en el mundo no creyese que lo fueras, entonces ¡Oh, no! Inmediatamente dejarías de serlo. Todo el esfuerzo no hubiese servido de nada, cero, nulo. Para que todos lo creyesen necesitaríamos ser bien vistos a los ojos de todos: Complacer deseos ajenos, llenar vacíos emocionales, no permitirnos la posibilidad de cometer un error que pueda decepcionar a nadie, superar expectativas y aspiraciones que el resto tienen puestas en nuestras vidas. Y un tan largo etc. ¿Es acaso esto, mínimamente posible? Además, suele ocurrir con cierta frecuencia que, aquella persona tan tremendamente preocupada por conseguir llevar a cabo todas las funciones que conlleva cuadrar con el perfil idea del ser perfecto es más rehuída, criticada, castigada, culpada, hecha responsable de. ¿Responsable de? Responsable de todo aquello que ha hecho, intentó hacer, soñó lograr y que jamás consiguió que el resto coincidiese en que era, ni por una vez, lo correcto, lo "perfecto". Así pues, ¿Es autenticidad la palabra que buscamos y no perfección? Me parece graciosa esta situación, sonrío al descubrir la sencillez de un hecho tan invisible ante los ojos de la mayoría de seres humanos. La gente confunde dos términos en su particular camino hasta la felicidad. Lo gracioso no es esto. Lo realmente gracioso está en que estos términos son radicalmente opuestos. Mientras la perfección conllevaba todas las características mencionadas anteriormente, la autenticidad nos habla no de contentar a todos sino hacer feliz de satisfacer a quienes nos importan, a aquellos a quienes les importamos. ¿Cómo? Ahora viene la respuesta: Autenticidad es seguir tus pensamientos e ideales para poder compartirlos con la gente que te rodea, contagiarles de todo lo que conforma tu mundo, mostrarles y hacerles partícipes de todo eso que te hace un ser único, una persona tan tan y repito, TAN, especial. ¿Aún alguien duda si es esta la manera de llenar todo vacío de vida ajena? Yo no, nítidamente no. Dar el máximo que podemos dar de nosotros mismos. Esa es la única expectativa que deberíamos tener. Adiós exigencias absurdas. Hola fuerza, hola poder. Y, de este modo, y solamente de esta manera, podremos llegar a tocar el corazón de la gente que se cruza en nuestra vida, lograr la felicidad, la plenitud. Tocar el corazón de esa gente que jamás te mirará con ojos de decepción, personas que jamás se irán de tu lado ni mirarán en otra dirección cuando sientas que no hay nadie, cuando sientas la soledad. ¿Y sabes cuál es el por qué fundamental? Porque esas personas de las que te hablo.. Jamás querrán irse a otro lado, ni en otra dirección que no sea la tuya.
Lo mejor que nos podría pasar es que las relaciones viniesen con fecha de caducidad, como los yogures. Así sabríamos de ante mano cuál es la fecha del final y no perderíamos el tiempo con inseguridades, sospechas, ni discusiones. Nos dedicaríamos a disfrutar cada momento hasta la última décima de segundo. Aunque si lo piensas bien, lo bueno de no tener fecha de caducidad, es que nos permite seguir soñando en que éste yogur, sí que será para siempre.

lunes, 2 de abril de 2012


Iba caminando cuando lo ví, cuando lo volví a ver después de un tiempo. Como acostumbro, iba totalmente inmersa en cualquier lugar menos en los rostros de la gente que camina a mi lado o se cruza conmigo, en este caso estaba con una amiga cuando el pasó y se hizo notar. No me pregunten cómo fue que lo vi, creo que fue que en mi disperción lo note, sobresaltando entre tantas caras iguales. Solo se que sonrió y se avalanzó sobre mí, me abrazó como si el mundo se terminase con mi cuerpo, como si no hubiese notado que estaba acompañada. Es más alto que yo, así que suelo pararme en un estilo de puntas de pie para rodearlo con apenas un solo brazo por un hombro y darle un beso en la mejilla. Mi amiga se reía complice de su demostración. Me reía en cierto punto con ella de la situación, de verguenza, de sus ojos que me miraban intentando hablar sin poder hacerlo. Hablamos de algunas cosas al pasar, y sentí tu pesar al despedirte, lo hubieses prolongado, después de todo pareces evitar esos momentos a solas conmigo, miedoso a cometer un error, a llegar a lo inapropiado, a herir a terceros. Me evitas y lo se, lo noto, es evidente. Tu cara de santo te vende, no puedes evitarlo. Me pareció verte por reflejo darte vuelta a ver como seguía mi camino. Ibas a la facultad. Vestías unos pantalones formales y una camisa celeste que te daba ese toque tan revoltoso y rebelde digno de vos. Nunca sabrás que si algo deseo ahora es que me hables, ven, sientate, hablame. Dime que es de vos desde aquella noche, que fue de vos después de mi.

Tú, el chico que lee, me hace querer ser todo lo que no soy. Pero soy débil y te fallaré porque tú has soñado, como corresponde, con alguien mejor que yo y no aceptarás la vida que te describí al comienzo de este escrito. No te resignarás a vivir sin pasión, sin perfección, a llevar una vida que no sea digna de ser narrada. Por eso, largo de aquí, chico que lee; coge el siguiente tren que te lleve al sur y llévate a tu Hemingway contigo. Te odio, de verdad te odio.

Siempre tienen algo que decir. Algo que acotar. No se cansan de vivir de mi vida, de los pocos momentos que parecen ser míos. Si quiero aquello, se meten en el medio y me impiden como puden obtener lo que quiero. No creen que pueda, que logre por mis propios medios conseguir aquellos objetivos que me propongo. Disfrutan verme sufrirlo, verme con impotencia y bronca con ese llanto que por poco se evapora en mi cara. Dudo si debe dolerme o debe ofenderme. Dudo si lo hacen para cuidarme, para que no cometa errores o si lo hacen por envidia, por no tener una vida. Me sorprendo muchas veces cuando me encuentro con personas que pensé que me querían intentando tirar los sueños más preciados que tengo abajo. No piensan en mí, no se alegran cuando me ven triunfar, no me abrazan ni mucho menos me ayudan. Cuando necesitas a alguien, cuando las cosas van mal, sólo ahí, te das cuenta de a quien realmente le importas. Sólo quienes te quieren te apoyaran en tus desiciones, por más duras que sean, aún cuando no las avalen del todo, estarán allí para vos porque al final, eso es lo que importa. Lo que importa, es la intención.

No escuché como te fuiste, ni siquiera sé si de verdad te has ido o sigues ahí, tan cerca como antes. No quiero moverme, no quiero que no vuelvas a volver. Te quiero ahora, aquí conmigo, quiero que me mires, que me mires y me digas todo eso que sólo tú puedes decirme. Me he dado cuenta de que no quiero que te vayas, ni hoy ni nunca, me he dado cuenta de que quiero estar contigo, como nunca antes lo he estado con nadie, y que no me importa, no me importa nada, mi vida no es la misma sin ti, conmigo, aquí. Te necesito, te necesito como no creí necesitar a nadie, con lo bueno, con lo malo, pero ya, que se acabe este juego, dejemos de pretender que no sabemos nada, dejemos de disimular y de hacer el payaso, por favor, ya basta. Olvida tus miedos y trata de entender que puede que seamos mucho más de lo que tú y yo estamos dispuestos a ver, que puede que esta sea una de esas extrañas cosas que sólo ocurren una vez en la vida, vamos, yo estoy contigo.

Ya nadie me mira como lo hacías tú, la verdad es que eres el único que sabe como mirarme. Tampoco nadie consigue entenderme, no he encontrado a nadie a quien le resbalen las cosas tanto como a mí. Nadie ha llegado aún a mi extremo estado de locura mental desde que no estás. La verdad es que ahora todo lo que viví antes de que tu llegases me parecen simples gilipolleces, y no consigo que nada me duela más que estar aquí sin ti.
Te echo (mucho) de menos.

Es cuando estoy contigo y me miras, y te miro yo después, y surge esa magia extraña entre nuestras miradas, ese clima curioso por todas las cosas que aún desconoce, ansioso, ansioso por poder besarte. Es el cosquilleo en la tripa, el roce de mis manos con las tuyas, como si no existiera nada más, como si nunca hubiese rozado otras manos. El calor de tu cuerpo. La risa tonta que intentamos evitar. Es el mirarte y sentir que tú también lo sientes. Son los gestos, el pequeño movimiento que hace que tu cuerpo se aproxime al mío, como si lo hubiese estado deseando toda su vida, y como si una vez pegado, no quisiera separarse más. Son todas y cada una de las palabras que salen de nuestras bocas con toda naturalidad, sin la necesidad de ser pensadas, como si sólo pudiésemos tener esa conversación el uno con el otro, como si nadie más existiera. El sentir que no me importaría seguir en ese estado contigo durante toda mi vida, el sentirlo sin saberlo, sin ninguna explicación, como algo natural, tan inevitable como respirar.

Háblame, dime que tú también me extrañas. Que quieres volver a oír mi voz y que necesitas mi sonrisa, dímelo, no te calles. Ven ahora o deja esto para siempre, pero muévete, haz algo. No te escondas más, deja de engañarte, de engañarme...olvida esa estúpida coraza, déjala a un lado. Sé capaz de decirlo con palabras y a la cara. Vamos, sabes que vale la pena. Siénteme, deja que yo te sienta también. Vamos, cuéntame todo lo que callas, sabes que soy la única que puede escucharte. Sabes que yo también te quiero.

Inténtalo, hazlo por mi, y por todas las veces en las que hemos dudado, por nuestras tonterías, por el brillo en nuestros ojos, por las sonrisas y los apodos. Por los besos el día exacto en el lugar exacto y contigo. Por nuestros miedos, por que podamos superarlos, juntos. Por mi piercing de la nariz, por los futuros tatujaes, por todas nuestras estúpidas conversaciones y por todas nuestras canciones. Poco a poco, no hay prisas, pero suéltala, déjala ir, y permítete, permitenos ser felices, no sé si lo merecemos, pero lo que si que sé es que nunca encontrare a alguien que me entienda como consigues hacerlo tú.

Si no me quieres ver más, dilo. Si quieres que me vaya de tu vida, dímelo también. Pero por favor, para ya. Para de mirarme como si fueses a comerte mi vida para luego fingir que no te importo. Sé valiente aunque sea por una vez y dime la verdad, mírame a la cara y dime que tu también lo sientes, que echas de menos los insultos y los besos. Que no puedes hablar con nadie como lo hacías conmigo, que los jueves son aún más pesados porque te faltan mis palabras. Mírame y cuéntame todo lo que te preocupa, deposita en mi todos tus miedos, que yo te ayudaré a superarlos. Exprésate, haz lo que te de la gana. Mírame a los ojos de una vez por todas y dime todo lo que callas, todo lo que escondes detrás de tu fachada, déjate llevar. O sé capaz de poner de acuerdo a la razón y al corazón, de que tus palabras concuerden con tus actos, y dime que no me quieres. Sé capaz de mentirme del todo, y no por la mitad.

domingo, 25 de marzo de 2012

Tevuic.


Adiós. Te lo he dicho ya muchas veces durante todo este tiempo, pero en el fondo los dos sabíamos que se escondía en todos ellos un hasta luego, un 'a ver quien puede más', 'a ver quien gana ahora'...Pero esta vez es diferente, esta vez me voy, y no me volverás a ver. Te dejo tranquilo, no te molestaré más, sigue con tu vida que yo intentaré seguir con la mía sin ti. Y si alguna vez te falto, si algún día vas por la calle, estás tumbado en el sofá, de fiesta con tus amigos...y te das cuenta, sientes muy muy dentro que me necesitas, corre, súbete a un tren y ven a buscarme. Arriésgate a que te rechace, arriésgate porque los dos sabemos que por mucho que pase el tiempo, siempre seguiré teniendo las mismas ganas de besarte.

Que lo feo se vuelve bonito si estoy a tu lado. Que las heridas no duelen, ni el frío me hace temblar. Que he perdido el miedo, y que las sonrisas son automáticas cuando pasas por mi mente, que no se que pensar, ni tampoco que estarás pensando tú, pero que lo siento, aquí dentro, en el pecho. Que te elegiría entre todas las personas del mundo, y que me gustan tus defectos, que sin ellos no serías quien eres, y que te... que me gustas tal como eres, con todo lo que conllevas.

gràcies


Salir de este mundo, y hacerlo contigo. Eres el único con el que me escaparía para no escuchar los gritos de mi padre, ni los de mi madre. Con el que escaparía de esta estúpida y agobiante rutina, de las broncas, de los malos rollos, de seguir escuchando día tras día todas esas palabras que no quiero escuchar. Eres el único que podría entender hasta que punto todo esto llega a ser una mierda, el único que pondría orden en este desorden. Sólo tú estás tan acabado como yo, y sólo contigo puedo hablar de lo verdaderamente puta que es la vida, porque sólo contigo me parece más bonita, mucho mejor, más divertida.

Escucha, será sólo un momento, y después tú ya decides que hacer. Quiero que sepas, que no espero nada, no espero que te la juegues por mi, ni que quieras formar parte de esta locura conmigo, sólo quiero sincerarme de una vez por todas, quizás sea porque dentro de un mes hará un año que te vi por primera vez, porque he escuchado una canción que me ha recordado a ti, o...simplemente porque me ha dado el venazo.
En fin, a lo que iba, que me pierdo...Que te quiero, mucho además, y que sinceramente, mi vida no seria mi vida si tú no formases parte de ella. Que me he acostumbrado a ti, a hablar contigo todos los días, a la sonrisa que provocas en mi rostro, y a cada una de nuestras locuras. Que cuando te veo se me acelera el corazón, pero que una vez me miras...entonces me siento tranquila, y no me importaría quedarme así toda la vida, porque nunca me han mirado como tú lo haces, jamás. Que fue desde el primer día en que te vi, que sentí algo pero que no lo pude reconocer, y que ahora sé que lo seguiré sintiendo el resto de mi vida, por mucho que bese otros labios, o cante otras canciones. Y hablando de besos, sólo con los tuyos he tocado el cielo, que sí, que yo también paso de estas típicas chorradas de moñas empedernidos, pero que es verdad, que podría besarte el resto de mi vida. Que joder, que hay palabras que sólo puedo pronunciar contigo, que nunca tuve esas conversaciones con nadie antes, y que me sale tan natural...que me da miedo, no te lo voy a negar, todo esto me da miedo, demasiado, pero ya me da igual, ya paso, porque he aprendido con el tiempo que la vida es hoy, ni mañana ni ayer, y que como dicen por ahí, si encuentras a alguien demasiado bueno para ti, no lo dejes escapar. Así que aquí estoy, plantada en tu casa esperando a que me cierres la puta boca con un beso, y intentando decirte que nunca encontraré a nadie tan especial como tú, que pasaran los meses, los años, las canciones...y tú seguirás siendo tú, y toda esta mierda seguirá existiendo entre nosotros, así que dime, quieres venir a suicidarte conmigo?

Puedes contar conmigo.


Siempre, siempre te llevaré conmigo. Por mucho que nos llueva o por mucho que nuestros nombres ya no rimen como una vez lo hicieron. Te quiero, te quiero mucho y de verdad, y déjame decirte, que cuando eso sucede, es para toda la vida. Si te quiero hoy, te voy a querer mañana, pasado y el día en el que muera, otra cosa diferente es que lo supere, y que entienda que por mucho que duela, esta historia que no si algún día llego a empezar, ha terminado. Que ya no volverás a mirarme jamás, y que ya no tendremos una canción para cada momento, para cada estación. Que lo nuestro, si es que algún día llego a pertenecernos, ha dejado de existir. Y también, que sepas, que por muchos labios que bese, esta tonta de mirada perdida con la que te encontraste aquella tarde de diciembre por casualidad, siempre querrá que sean tus labios los que le muerdan el alma.

Ójala.


Quiero que sepas que aunque el tiempo esté pasando y esto se esté yendo cada vez más a la mierda, aún recuerdo la primera mirada que cruce contigo, la primera mirada, y también el primer beso. Cada palabra que susurraste en mis oídos, el roce de tus manos con las mías, tu forma de tocarme...todo sigue intacto en mi memoria como el primer día. Aunque la luna siga saliendo cada noche y volviéndose a esconder cada madrugada, no puedo dejar de quererte, ni de recordarte en las canciones. En todas y cada una de las canciones que sin saberlo hablan de nosotros, y de todo lo que tuvimos, o lo que no llegamos a tener. Te sigo queriendo a pesar de el distanciamiento, de las malas palabras, de las lágrimas, del dolor, de todas las putas veces que maldigo estar así contigo, siempre, y a pesar de todo, podrás contar conmigo, de verdad.
Y ojalá estuvieses aquí mirándome para poder creerme, ya no a mi, ni a mis palabras, si no a los gestos, las miradas, y la cara de tonta que se me pone cuando te tengo a menos de 2 cm de mi piel.

Habrá siempre un poco de tus ojos en mi mirada, siempre un poco de tus manos en mi piel. Aunque no lo quiera, mis besos siempre sabrán a tu boca, en mis oídos siempre quedará tu voz. Podremos dejar de vernos, podremos dejar de hablar...pero nunca podremos dejar de ser nosotros. Nunca dejaré de sentirte, ni de buscarte en las canciones. Serás ese hombro en el que querré llorar, y me tragaré mis penas en silencio, porque tú no estarás para entenderlas, pero tú siempre serás tú, y en mi muñeca siempre quedará tu pulsera.

Adiós.


Seguirás aquí. Seguirás aquí como siguen los achuchones que me da mi abuela cuando me ve, o como sus besos de despedida. Seguirás como siguen los recuerdos de todas las veces que me rasqué las rodillas de pequeña, o las veces que me perdí por no querer encontrarme, ni encontrarte a ti tampoco...Seguirás como sigue aquella noche de lluvia grabada en mis entrañas, como aquella tarde que deseé largarme de casa, como el instante de antes de conocerte. Seguirás, no dudes que seguirás. Como todas las veces que he deseado tenerte en frente y abrazarte, como los sueños escondidos que aún no he encontrado, como cada palabra, cada gesto, y cada mirada que me dedicaste. Seguirás tú, tú con tu indiferencia, con tus canciones, tus palabras y seguirán también mis ganas, mis ganas de verte, de poder quererte, de estar contigo...hoy y siempre, siempre que tú quieras.

Someday


Quizá algún día nos encontramos, y me vuelves a decir eso de mejor bailamos, quizá vuelves, me coges de la mano y me llevas al rincón más oscuro de toda la ciudad. Y entonces probablemente dejemos a un lado los miedos, las palabras, y escuchemos de una vez al corazón, que nos hace falta urgentemente. Quizá algún día nos encontramos y tenemos que echarle huevos a esto de una vez por todas, quizá ese día esté llegando, y quizá no sea una casualidad, quizá sea yo la que vaya a buscarte y te diga a la cara que eres mi persona favorita en el mundo. O puede que nos dejemos mutuamente, y ese día tarde mucho en llegar, y que nos llueva, que nos llueva a mares antes de que nos volvamos a encontrar. Pero sea como sea, y pase lo que pase, tú siempre seguirás siendo tú, y yo siempre seguiré siendo yo, y sabes que eso es algo que no podremos evitar...

Que sin ti yo no valgo..


¿Sabes? No quiero despertarme un día cualquiera y darme cuenta de que no estoy viviendo la vida que en realidad quiero. No quiero intentar encontrarte en su mirada, no quiero. No quiero seguir negando lo evidente, no quiero seguir engañándome, y tú tampoco deberías seguir haciéndolo. Has cambiado mi vida, y sé que no querré a nadie como te quiero a ti. Lo sé, lo sé porque lo siento, y porque jamás lo he dudado. Porque cuando estoy contigo tengo la sensación de que todo lo que he hecho en la vida ha sido única y exclusivamente para llegar a estar en ese justo instante a tu lado. No sé ni siquiera como expresarlo, pero es que lo has cambiado todo. Y me niego a negarlo, a ser una de esas personas que cuando se hacen viejas se arrepienten de no haber pronunciado un te quiero a tiempo, uno de esos verdaderamente importantes, de los que marcan, de los que determinan el curso de tu vida.

Ya no estas..


Y entre tanta miseria me he dado cuenta de que la vida sólo tiene significado cuando encuentras a esa persona que consigue dárselo, y para mi esa persona eres tú, y eso es algo que no se puede evitar. Es como los que se tintan el pelo porque el suyo no les gusta, o porque ha dejado de brillar, en el fondo...en el fondo el color de cabello con el que naces, va a ser el mismo durante toda tu vida, por muchas capas de tinte que le eches encima...Lo mismo pasa contigo, eres quien eres, y nunca podrás dejar de serlo, por mucho que yo intente "reemplazarte", en el fondo sé que sólo me estaré engañando y que la única persona con la que hubiese querido pasar el resto de mi vida, eres (y serás siempre) tú.

Cuando quieras.


Hablo de que me muerdas todas las noches que te de la gana, hablo de conversaciones y canciones, eso sí, sólo contigo. Hablo de sacar a pasear nuestros miedos para que, con un poco de suerte, se pierdan y no vuelvan jamás. Hablo de que para siempre es mucho tiempo, y una noche es poco rato. Hablo de ir a suicidarnos juntos, hablo de explotar. De juntar tus manos con las mías y temblar, de hacer el amor y no la guerra. Hablo de besarnos por todas las esquinas de esta ciudad. Hablo de coger ese tren que por miedo nunca hemos cogido, de dejar salir esto que tenemos dentro. Hablo de escaparnos , de que me lleves en tu moto, de que no volvamos nunca. Hablo de vivir, y hablo de hacerlo contigo.

theone.


Por lo cortos que se me han hecho estos 365 días a tu lado, por estar sin estarlo. Por ser la razón, el porqué. Por ser tan parecido y tan distinto al mismo tiempo, por el tiempo que nos queda. Por las canciones que nos van a ir componiendo, y por la cantidad de veces que voy a volver a besarte. Por lo fácil que es todo cuando estás conmigo, y por lo feliz que me haces. Por tus muecas, tus hoyuelos y esa mirada que me vuelve loca. Por morirme de placer cuando me tocas. Por ti, por mi, por un nosotros y porque en caso de que se acabe el mundo, quiero que se acabe contigo.

Cuando comprendes que jamás volverás a sentir nada como esto por otra persona que no sea él. Cuando de repente se convierte en el sentido de tu vida, y sabes que sin él no existirías, que aunque suene cursi y pegaloso, harías cualquier cosa por él, por que tuviese una vida, aunque no fuese contigo. Llega un momento en el que te levantas por la mañana y te preguntas que cojones estás haciendo perdiendo el tiempo de esta manera. Ve con él! Díselo, demuéstrale que lo quieres, porque lo quieres, y más que a nadie, y si no te arriesgas por lo único que ha llegado a importarte de verdad durante todo este tiempo, por que coño lo vas a hacer? Es él, y es ahora. Hay un Adán para cada Eva en este mundo aunque no lo parezca, y él es el tuyo, y no te lo está diciendo la conciencia, te lo está diciendo el corazón. Deja de hacer el imbécil, tú también eres su Eva, y lo sabes.

Nunca me sentí realmente preparada para este momento, ni para ninguno que tuviese que ver contigo. Pero supongo que en este caso menos aún, una nunca ve al final acercarse, llega de repente, y no se puede remediar. No estaba preparada para que pasases página, y mucho menos para hacerlo yo. No estaba preparada para esa tristeza en tus ojos, ni para tus amargas palabras, nunca creí poder verte así. Llevo mucho tiempo negándome a esto, a ti, a mi, y a este nosotros que viene y va con el viento, pero hace ya un tiempo lo comprendí, eres tú, y eso no lo puede cambiar nadie. Era consciente de que llegaría un momento en el que tendríamos que poner las cartas sobre la mesa, todas y cada una de ellas, pero nunca lo esperé, y ahora está aquí, y ahora es presente, y sé que tanto tú como yo estamos descompuestos, se nos ha ido todo de las manos. Y lo más curioso de todo, es que sé que podemos arreglarlo. Todo pasa por algo, y tú y yo no nos conocimos por casualidad.

Todo lo que viene va, a excepción de ti.


Te dí una vida y tú sólo viste muerte. Nunca me creíste cuando te dije que nunca podría hacerte daño. Te pudo mi sonrisa, y la forma que tengo de escucharte los pensamientos. Me has querido, me quieres, y yo sé que me querrás, y eso te superó, no fuiste lo suficientemente valiente como para pasar tu vida conmigo. No lo fuiste, no lo eres, pero si espero que lo seas. Te seguiré esperando en cada copa, y en cada boca que bese pensando en ti. Seguiré aquí, y seguiré dando mi vida para que tú vivas la tuya.

sábado, 17 de marzo de 2012


Haz lo que quieras. Bésala todos los días al salir de clase. Mézclate con otra gente. Prueba el sabor de otros labios, y el chirriar de otras camas. Miéntete a ti mismo. Deja que el tiempo pase si es eso lo que quieres. Vive una mentira, o tu verdad camuflada. Vive, experimenta. Crece, llora mucho y por muchas razones. Ten con ella lo que desearías tener conmigo, quiérela, o inténtalo por lo menos. Pero no me olvides nunca. No intentes tratarla como me tratabas a mi, porque ambos sabemos que eso es imposible. Recuerda nuestras conversaciones, y el brillo de mis ojos. Recuerda cada paso que di por ti, y recuérdalo con orgullo. Recuérdanos, haz el favor. Vive como y con quien te de la gana, pero no intentes olvidar lo inolvidable, no olvides nunca la persona que fuiste conmigo.
Aún puedes continuar siéndola si tu quieres.

Noches. Noches en las que me arrepiento por no haberte dicho todo lo que aún me callo. Noches de dolor. Noches en las que tú ya no eres mi estrella. Noches en las que te odio por no estar conmigo, por quererme con la mirada y negarte con las palabras. Noches en las que ya no hablo contigo, y me faltas. Noches en las que no puedo dormir, porque sé que al día siguiente al despertarme no estarás. Noches, siempre noches. Noches en las que me permito pensarte después de los largos días. Noches en las que me dejo, sentirte, porque sé que en las noches no puedes engañarme, ni tú a mi, ni yo a mi misma. Noches, noches tuyas, y mías. Noches en las que daría todo por tenerte a mi lado. Noches, me quedan demasiadas, demasiadas sin ti.

El amor no siempre era suficiente..



De nuevo de noche, y con ella tus lagrimas, digo tuyas porque ya hace mucho tiempo que todo lo que soy te pertenece, a ti y a tus andares, y a la forma en que tenias de mirarme. No puedo, no puedo ni siquiera pensarlo, me duele, me dueles. Ya no me volverás a mirar. Nos hemos dicho tantas veces hasta luego que no nos dimos cuenta cuando el adiós llamó a la puerta. Pero ya ha llamado, ya hace tiempo que llamó, ya hace tiempo que no somos, en plural. Nos hemos vuelto singulares, y tristes, porque sé que tú también lo estás. Se que tú también me echas de menos. El Amor no es siempre suficiente.

domingo, 4 de marzo de 2012


Desprenderme de todo lo que me une a ti, borrar tus fotos y quemar tus cartas sabiendo que seré capaz de reprimir las lágrimas que por una vez no se apoderarán de mi calma, me pregunto cuantas veces me habré planteado ese plan, hace tiempo que perdí la cuenta, como perdí la cuenta de los intentos fallidos. Hago el intento de esbozar una sonrisa sin éxito, ya ni salen ni siquiera forzadas, siento que frío se apodera de mi cuerpo mientras mi cabeza no hace otra cosa que recordar tu nombre una y otra vez. Me cuento a mi misma una y otra vez la misma historia, trato de pensar que ya está, que se acabo que tú te irás del todo, pero luego algo dentro de mi me dice que tan pronto como te sientas solo volverás a mí y lo peor de todo es que yo caeré como siempre, y eso tú lo sabes mejor que nadie. Me he quedado sin secretos para ti, no tengo dobles fondos aunque a veces no me vendría mal tenerlos. Conoces mi punto débil, mi única debilidad ¿Cómo no ibas a conocerla? Si tu eres el único protagonista.