
Ya nadie me mira como lo hacías tú, la verdad es que eres el único que sabe como mirarme. Tampoco nadie consigue entenderme, no he encontrado a nadie a quien le resbalen las cosas tanto como a mí. Nadie ha llegado aún a mi extremo estado de locura mental desde que no estás. La verdad es que ahora todo lo que viví antes de que tu llegases me parecen simples gilipolleces, y no consigo que nada me duela más que estar aquí sin ti.
Te echo (mucho) de menos.
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