
Y quería arriesgarme, estaba preparada para volver a sentir lo que no quería sentir, pero creo que no valía la pena y quizás aún no lo sé, pero no volveré a caer con alguien, ni a volver a creer palabras por qué como dicen, se las lleva el viento. Odio el sentirme culpable por mis actos y mis palabras, odio el pensar siempre, pero existe gente que lanza palabras y no le importan si hieren o no, sí ilusionan o engañan o sí demuestran lo que verdaderamente importa, y precisamente yo, no lo era...
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