Dame un bolígrafo y un papel y te enseñaré a soñar. Antes de que aprendas a soñar debes cerrar los ojos y imaginar un mundo nuevo, solo para ti y para mi..

lunes, 27 de junio de 2011

Una historia para recordar..


Caminábamos por un largo paseo, envuelto de grandes y frondosos árboles, que tapaban el sol.
Yo, como de costumbre, cogía las hojas de los árboles y las iba rompiendo con la mano que él no me tenia cogida.
Me resultó tan sencillo el sentarme en el primer bordillo de ese largo paseo, que lo hice.
Y él me miraba extrañado, como si no se esperara ese ataque de cansancio, inoportuno por otra parte.
Se sentó a mi lado, y me miró sonriendo.
Hacia tanto que no veía esos ojos tan cerca, que no veía esa cara tan próxima a mi, que me inundó un gran sentimiento de felicidad desprevenida.
Mi sonrisa, tan amplia como siempre, siempre que estaba con él.
La miraba, él la miraba, como si fuera su más absurda debilidad.
Y nos besamos, hacia tanto que no nos besábamos, que mi lágrima rozó sus finos labios, mientras apartándolos de los míos me acariciaba la cara y me decía lo muchísimo que me había echado de menos.
De pronto miré a otro lado, yo sabia que no me había echado de menos, y él, él me tapó los ojos con las manos, y me arrastró a una barandilla de madera que había al final del paseo.
Al abrir los ojos vi claramente una gran cantidad de árboles y de tierra, no era un paisaje bonito, pero era un paisaje libre, te hacia sentirte diferente.
Me giré y esperé sus palabras y me dijo esto mismo:
''Tú, observa este trozo de tierra, entremezclado con arboles que no valen nada.
Quiero poder venir contigo, y poner ver esto dentro de un tiempo, y poder recordar como aquí reanudamos nuestra historia''.


Y yo, yo lo abracé, lo abracé tan fuerte que después me dolían los brazos, y lo besé, y de nuevo sentí aquella cantidad de felicidad que desbordaba dentro de mi.

No hay comentarios: