
Te dí una vida y tú sólo viste muerte. Nunca me creíste cuando te dije que nunca podría hacerte daño. Te pudo mi sonrisa, y la forma que tengo de escucharte los pensamientos. Me has querido, me quieres, y yo sé que me querrás, y eso te superó, no fuiste lo suficientemente valiente como para pasar tu vida conmigo. No lo fuiste, no lo eres, pero si espero que lo seas. Te seguiré esperando en cada copa, y en cada boca que bese pensando en ti. Seguiré aquí, y seguiré dando mi vida para que tú vivas la tuya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario