Dame un bolígrafo y un papel y te enseñaré a soñar. Antes de que aprendas a soñar debes cerrar los ojos y imaginar un mundo nuevo, solo para ti y para mi..

lunes, 3 de octubre de 2011

Con tanto y con tan poco.


Probablemente no habría encontrado un sitio como aquel, una palabra más perfecta para describir lo que sentía.

La humedad se entremezclaba con la sal que recorrían su piel, el agua del mar saíia poco a poco mojando los pies de ambos. Se recostaba entre besos y susurros para mirar el mar de cerca, para ver el infinito y apreciar que allí no le corría prisa la eternidad, que más que una vida, tenía un mundo. No supo cuanto perdió, pero valoró lo que ganó y hoy habría matado por una sonrisa de aquel joven que hacía hoyos en la arena y surcos en su piel.
Le gustaba la dulzura y el color miel de sus ojos.
Le gustaba sentirse aislada en aquel pequeño mar donde nadie la buscaría.
"¿Qué conoces tú de mi?" Se repetía sin importarle la respuesta.

Después de tanto y tantas cosas, allí estaba, sin saber bien cómo había llegado y sentirse a un metro sobre el suelo. Diciendo incoherencias como siempre hacía, contradicciones que tanto le gustaban para gritarle a un susurro como se le debe de hablar a la vida.
Qué sabía ella, y qué más le daba, que era lo más importante... A esas alturas no sabía quién de los dos había salvado al otro de la desdicha, pero si bien estaban demasiado igualados, lo sellaban con cada mirada de alivio.

"Al final vives del aire", como solía decir, las personas son solo eso, pero él... él era su aire.

Las sonrisas afloraban y mandó al Sol ponerse de nuevo cuando casi había terminado de salir, llamó a las estrellas y la cubrió con uno de sus abrazos y la besó y la quiso.
La noche volvió para arroparlos

No hay comentarios: